dissabte, 5 de gener del 2013

Boracay

Ya conocía Boracay. De hecho, pasé tres dias en la isla durante mi primer mes de voluntario en Filipinas. Sin embargo, es cierto que no pude conocerla todo lo bien que lo he hecho ahora. Además, al ser nochevieja, esta vez la  isla se encontraba a tope, llena de gente a rebentar, con lo cual el ambiente era totalmente diferente al relajado mes de julio anterior, temporada baja en Filipinas.

Boracay es una de las 7107 islas del archipiélago filipino. Se encuentra al norte de la isla de Panay y solo se puede llegar desde esta misma isla en barco. Boracay tiene forma de hueso y una gigantesca playa central llamada White Beach, de deslumbrante arena blanca, aguas cristalinas y bellas palmeras. También cuenta con otras playas más recónditas como Puka Beach, en las que estuve mi primera vez y a las que sólo se puede acceder en tours en barquito alrededor de la pequeña isla.

Ahora me dediqué integramente a disfrutar de su vida "urbana" y apenas salí del marchoso y congestionado sector 2 de la abarrotada White Beach. Para bucear o hacer deportes de agua, hay lugares en el país mucho más baratos y divertidos. Boracay es un destino de fiesta, se mire como se mire. Todo y que a pesar de ser conocida como la Ibiza de Asia, no tiene nada que ver con la famosa isla mediterránea.

Uno de los puntazos de Boracay es que no hay coches. Apenas hay una carretera principal por la que circulan las omnipresentes tricycles (las motos fuilipinas con sidecar) y algunas furgonetas de los diferentes hoteles. Además, conserva su población original, con las casas de nipa filipinas, colegios, la iglesia... etc. Aunque lo cierto es que la mayoría de turistas no salen del arenoso y estecho paseo marítimo que recorre White Beach, con sus palmeras, puestos de masajes, lounges arenosos donde tomar algo o fumar chicha, restaurantes de todo tipo a precios muy asequibles, tiendas donde comprar de todo a precios razonables, puestos de batidos de fruta natural a un euro.... Si algo tiene Boracay son sus precios, muy bajos a pesar de la reciente caída del euro y dólar frente al peso filipino.

Donde si varían los precios es en los hoteles. Se encuentran de todo tipo, desde el lujo del Shangri-La o el Regency hasta la baratura de hotelitos sin piscina ni comedor como en el que nos quedamos esta vez. Por cierto lo recomiendo por su céntrica situación y porque es aceptable. Se trata del Ericko's, en el sector 2.. Su precio es de 500 pesos por noche por habitación en temporada baja (caben cuatro personas) y de 1000 pesos en temporada alta. Por supuesto, por un poco más encontraremos mejores hoteles con piscina.

Si os apetece algo de piscina pero vuestro hotel no tiene (a veces el presupuesto no nos da para lujos) os recomiendo colaros en alguna de las piscinas de los grandes hoteles. Especialmente sencillo es hacerlo en la gran piscina interior del Boracay Regency (la exterior está más vigilada). Simplemente id seguros sin merodear y acercaos al responsable de toallas. Distraídamente preguntadle si cree que vaya a llover o alguna excusa similar sobre si nos recomienda o no tomar un baño. Muy probablemente os dará la toalla sin preguntar ni vuestra habitación. Con ella, podréis estar en la piscina sin miedo que os echen. Yo lo hice con una amiga y sin problemas.

Para comer, como he dicho, hay de todo. De hecho, esta vez me sorprendió el rápido desarrollo que ha experimentado la isla estos años. Cuando yo llegué no había apenas ninguna cadena de comida y ahora ya hay casi de todo. Desde el delicioso y barato Mang Inasal, Mc Donald's, The Pancake House, Starbucks, Shakey's o Yellow Cab Pizza. Pero además, Boracay cuenta con sus míticos locales cutres con pescado fresco en la entrada, donde llaman la atención las gigantescas langostas recién pescadas. Allí podemos elegir cual nos gusta y nos lo cocinarán en el momento. Para todos los que no vayan a pasar por Manila, recomiendo cenar una noche en MESA, en el hotel Regency, un restaurante que también tiene sedes en Metro Manila y que sirve comida filipina contemporánea, es decir, presenta las recetas tradicionales del país de una forma sofisticada y cocinada de forma diferente a precios asumibles. Simplemente un pequeño consejo: evitad su Leche Flan, está muy mal hecho.

No olvidéis estar en buen lugar en White Beach para la puesta de sol. Es una de las más impresionantes en las que nunca he estado, especialmente en temporada baja, cuando cientos de murciélagos sobrevuelan la playa. Consultad a qué horas aproximadamente se pone el sol ese día. En fin de año suele ser alrededor de las cinco y media de la tarde.

Aunque lo genial de Boracay en temporada alta es su fiesta. Y Fin de Año es temporada muy alta. Los pocos locales hacen que siempre estén todos llenos y animados en estas fechas. Personalmente estuve casi siempre en Summer Place, uno de los locales de la "station 2" donde se pincha de todo, especialmente música del momento, electrónica, house y algo de R&B. El público, mayoritariamente extranjero, siempre está con ganas de divertirse y bailar mucho. Además todo el mundo está abierto a conocer a gente nueva y charlar, algo habitual en Boracay.

Otros de los locales son Epic (algo más elegante, tampoco mucho), Juice Bar (más relajado y con público gay más frecuente que en el resto de locales) y muchos más que cambian de nombre cada poco. La mayoría se encuentran en el paseo de la playa, aunque hay algunos locales en la carretera principal de la isla, paralela al paseo de White Beach. Lo mejor es dar una vuelta, dado las cortas distancias, y elegir el local en función de la musica que escuchemos, si cobran o no por entrar o del público que veamos.

Para llegar a Boracay desde Manila existen dos opciones. La más cómoda y rápida es volar al aeropuerto de Caticlan, justo al lado de la isla, y después tomar una barca o barcaza hasta la pequeña isla. El incoveniente es que estos vuelos son bastante caros. La opción más asequible es volar a Kalibo, a dos horas de la isla en coche, y luego tomar un autobús o van que nos deje en el puerto de Caticlan para tomar el barco o barcaza correspondiente.

En definitiva, Boracay es un clásico destino de sol y playa tropical con las especificidades de su minúsculo tamaño, sus bajos precios y su ambiente relajado, nada presuntuoso. La fiesta en Boracay es una de las más cosmopolitas en las que nunca he estado, más incluso que la de Ibiza. El minúsculo tamaño de la isla hace que casi no haya habitantes locales. Su situación geográfica, entre Australia, Corea, China, Japón, India y con vuelos baratos desde Estados Unidos y Europa via Manila hacen cada vez sean más jóvenes los que desean salir de fiesta por la isla en su tour por el Sudeste asiático. Además, es el lugar de fiesta playera por excelencia de todo extranjero en Manila así como para los jóvenes profesionales filipinos de Manila y Cebu. Desde luego, un must para todo aquel residiendo o de turismo por las islas Filipinas, y un destino altamente recomendable para todo fiestero que se precie y se encuentre en el Sudeste asiático o alrededores.

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