dijous, 26 de setembre del 2013

Descubriendo los Emiratos

Tras cuatro mesecitos en Ciudad de Panamá los vientos me trajeron a la península arábiga. Concretamente a las costas del golfo Pérsico, en los petroleros Emiratos Árabes Unidos. Trabajando desde mi oficina en la capital, la cosmopolita Abu Dhabi, observo como estas islas semidesérticas se desarrollan a un ritmo vertiginoso. En la foto que acabo de tomar desde mi oficina lo podéis ver.

No hace tanto calor como pensaba, los cielos son siempre azules y los días soleados, la gente es muy amable y apenas hay atascos. Los precios son asumibles, a pesar de la fama de lugar caro que tienen los Emiratos. La población local apenas alcanza el 20% de la población. El resto de los que andan por aquí son de la India, Pakistán, filipinos, occidentales de los más diversos orígenes... etc.

Situada a algo más de una hora por carretera de la famosísima Dubai, Abu Dhabi concentra el poder político de los Emiratos, así como la mayoría del poder económico, por tener casi todas las reservas de petróleo del país. Sin embargo, la capital ha sabido mantener algo la sobriedad y evitar el espectáculo y opulencia de Dubai, ciudad que pretendo visitar en breve. 

En Abu Dhabi se encuentra una de las mezquitas más grandes del mundo, así como el parque temático bajo techo de mayor extensión del planeta: el Ferrari World Park. Asimismo, aquí hay subsedes de varias de las universidades más prestigiosas del mundo, como la Université Paris-Sorbonne, de museos importantísimos, como el Louvre o el Guggenheim, o de hospitales de renombre, como la Cleveland Clinic.

Fue mi vuelo número 140, en la estupenda compañía Etihad, desde Whasington DC, el que me dejó en estas curiosas tierras. Atentos porque en breve empezaré a publicar las primeras entradas de todo lo que vaya visitando y conociendo por los EAU y alrededores. Me gustaría mucho hacer una escapadita a Omán, mucha gente coincide en la belleza y exotismo de ese sultanato. 

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