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dissabte, 28 de setembre del 2013

Los 15 lugares de Tony Wheeler

El Viajero, la revista de viajes del periódico EL PAÍS, cumple 15 años, y lo celebra con un número especial lleno de contenido interesante para todo aquél enamorado de conocer el mundo.

Uno de los reportajes que más me ha llamado la atención ha sido el que le han hecho a Tony Wheeler, fundador de la famosísima editorial Lonely Planet. En el reportaje le preguntan cuáles son los 15 lugares del mundo que más le han marcado en su carrera. Como os podéis imaginar, esta lista rezuma interés viniendo de alguien tan experto en esto de los viajes.

De esta lista (una más) sólo he tenido la suerte de conocer dos lugares: Cadaqués y Dublín. Y he de reconocer que ambos son maravillosos. De los otros, hay algunos lugares que están permanentemente en mi punto de mira, como hacerme el Transmongoliano (una sección del Transiberiano), Venecia o San Francisco. Y otros a los que no prestaba tanta atención pero que cada vez más gente me recomienda como Isfahán en Irán o Bagan en Myanmar. Veremos si hay suerte.


dijous, 26 de setembre del 2013

Descubriendo los Emiratos

Tras cuatro mesecitos en Ciudad de Panamá los vientos me trajeron a la península arábiga. Concretamente a las costas del golfo Pérsico, en los petroleros Emiratos Árabes Unidos. Trabajando desde mi oficina en la capital, la cosmopolita Abu Dhabi, observo como estas islas semidesérticas se desarrollan a un ritmo vertiginoso. En la foto que acabo de tomar desde mi oficina lo podéis ver.

No hace tanto calor como pensaba, los cielos son siempre azules y los días soleados, la gente es muy amable y apenas hay atascos. Los precios son asumibles, a pesar de la fama de lugar caro que tienen los Emiratos. La población local apenas alcanza el 20% de la población. El resto de los que andan por aquí son de la India, Pakistán, filipinos, occidentales de los más diversos orígenes... etc.

Situada a algo más de una hora por carretera de la famosísima Dubai, Abu Dhabi concentra el poder político de los Emiratos, así como la mayoría del poder económico, por tener casi todas las reservas de petróleo del país. Sin embargo, la capital ha sabido mantener algo la sobriedad y evitar el espectáculo y opulencia de Dubai, ciudad que pretendo visitar en breve. 

En Abu Dhabi se encuentra una de las mezquitas más grandes del mundo, así como el parque temático bajo techo de mayor extensión del planeta: el Ferrari World Park. Asimismo, aquí hay subsedes de varias de las universidades más prestigiosas del mundo, como la Université Paris-Sorbonne, de museos importantísimos, como el Louvre o el Guggenheim, o de hospitales de renombre, como la Cleveland Clinic.

Fue mi vuelo número 140, en la estupenda compañía Etihad, desde Whasington DC, el que me dejó en estas curiosas tierras. Atentos porque en breve empezaré a publicar las primeras entradas de todo lo que vaya visitando y conociendo por los EAU y alrededores. Me gustaría mucho hacer una escapadita a Omán, mucha gente coincide en la belleza y exotismo de ese sultanato. 

diumenge, 22 de setembre del 2013

De fiesta en... Ciudad de Panamá

Ciudad de Panamá tiene una fiesta decente, aunque tampoco espectacular. El escaso número de habitantes del país (algo más de tres millones) junto con otros factores hace que aquí no haya una gran fiesta, sobretodo fuera de viernes y sábados. Incluso los fines de semana, la fiesta empezará a decaer a partir de las tres de la noche. Sin embargo, a los que les guste salir podrán encontrar algunos lugares interesantes en esta cosmopolita ciudad.

La famosa calle Uruguay

Durante mi primer mes en Ciudad de Panamá, me alojé en el Hotel Manrey, en plena calle Uruguay, uno de los centros de la fiesta de la ciudad. O eso solía ser. De hecho, el Manrey tiene un roofbar llamado Cielo, con piscina, donde poder tomarse una copa disfrutando de las vistas de los rascacielos de la ciudad y las templadas noches panameñas. La música es bastante cool, estupenda para empezar la noche charlando tranquilamente.

Siguiendo en la calle Uruguay, otro de los lugares que se llena es Privé, una pequeña discoteca donde se pinchan los éxitos del momento y acude gente de todo tipo casi siempre menor de 35 años. La pequeña terraza exterior está muy bien para poder tomar algo, charlar y conocer a gente. Hay una mezcla de panameños de clase media-alta y extranjeros.

Los que gusten de jugar al billar americano y disfrutar de una buena pinta - incluso Guiness - tiene que dirigirse al Londoner Pub, en la misma calle Uruguay.

Área bancaria 

En Obarrio, una de las discotecas de referencia es Bling, el club del Hard Rock Hotel. Además de ser deslumbrantemente nueva es increíblemente bonita, con un diseño que sorprende.

Aquí acuden a bailar auténticas bellezas en una mezcla de ritmos latinos y de música del momento, con reaagetón, salsa, y por supuesto, algo de dance y fusión.

Tal vez los precios de las copas sean algo elevados en comparación con el resto del país pero sin duda es uno de los lugares del momento. Los jueves también tiene buena fiesta por lo que es una interesante alternativa para este día.

Tampoco os podéis perder Bits, el estupendo lounge en el último piso también del Hard Rock Hotel, con una vista de 360 grados de toda la ciudad y cuatro gigantescos espacios decorados a la última y con un servicio estupendo. Para bailar, charlar o disfrutar de las panorámicas. El DJ pincha música para todos los gustos.

Enfrente, en Paitilla, se encuentra uno de los clubs LGTB de referencia de la ciudad: Distinción. Normalmente se llena los sábados. Ofrece los típicos shows de travestis que toda discoteca de este tipo tiene, aunque a lo latino. Combinan música latina con música del momento y camareros sirviendo sin camisa.

El nuevo club en el panorama panameño es Bellini, situado en una calle perpendicular a la Vía España. Este espacio entra fuerte, con varias salas teniendo en la principal una piscina donde muchos acaban la noche. La música es más variada que en otros lugares así como su público. De hecho, esta diversidad ha llevado al club a ofrecer la primera gran noche LGTB de la ciudad los miércoles: Tabu, que poquito a poco va despegando, enfrentando la poca tradición que tiene esta ciudad de salir entre semana.

El Cangrejo

Otra zona tradicionalmente de bares es el Cangrejo, uno de los barrios donde más turistas y extranjeros hay debido en parte por la presencia del Hotel Casino Veneto (a evitar, está lleno de prostitutas y gringos borrachos) o por apartamentos bonitos a precios asumibles. Uno de los locales más recomendables para tomar algo y charlar antes de salir a bailar es La Rana Dorada, muy conocido por estar frente a la cabeza de Einstein. Los amantes de la cerveza disfrutarán aquí puesto que tienen cuatro tipos de cerveza casera. Nada más llegar os darán chupitos de cada cerveza para probar. Aunque si no queréis cerveza también venden otro tipo de bebidas. Hay otra sede de La Rana Dorada en Casco Viejo.

En el Cangrejo también se encuentra el Istmo Brew Pub, un local con billar, buena cerveza y perfecto para una noche más relajada de charla entre amigos. Vende buenos platos caseros de comida latina a precios dignos, siendo muy recomendables los patacones cubiertos o los burritos.


El centro de la noche panameña: Casco Viejo

Muchos clubs y bares están abriendo ahora en el Casco Viejo, cada vez más de moda debido a su exitosa restauración. Allí me alojé mi segundo mes en Ciudad de Panamá, concretamente en el estupendo Hotel Tántalo, que cuenta con otro de los mejores roofbar del país. Con estupendas vistas al Casco Viejo, pero también al espectacular skyline de Ciudad de Panamá, aquí se reúnen mayoritariamente expatriados de 25 para arriba, normalmente más para arriba. Suele llenarse mucho por lo que es difícil moverse entre la multitud. Es una terraza para estar de pie. Está bastante de moda por lo que es recomendable llegar antes de las once de la noche. Las noches de los jueves, viernes y sábados, la terraza del Tántalo es perfecta para salir de fiesta.

Otro de los lugares más populares es Relic. Sin ningún cartel que lo anuncie, este lounge cuenta también con una amplia terraza rodeada de plantas donde se junta todo tipo de gente: desde chicas "ye-ye" (pijas en panameño) con taconazos hasta gringos en pantalón corto y chanclas. La entrada es a través de la calle novena. Tragos y botellas a buen precio, un lugar excelente para charlar entre trago y trago durante las agradables noches panameñas rodeados de viejas paredes, en el pario de una histórica casona. Tiene una zona interior que recuperaron al restaurar una vieja bodega.

Otro buen roofbar del Casco es el Barlovento, decorado con mucho gusto. Esta terraza es más bien para estar sentado, charlar y tomarse algo. Es un lugar mayoritariamente de gente bien y guapa y de mucha más edad que el Tántalo, aunque también hay jóvenes de vez en cuando. Las vistas sobre diversos edifcios art-déco y modernistas así como de la bella iglesia de la Merced hacen que esta terraza sea también un must de la noche cool panameña.

Pero el lugar más de moda y que abrió hará unos meses es el Teatro Amador. Un antiguo teatro cerca de la Avenida Central ahora reconvertido en uno de los clubs del momento.

La música electrónica y dance más moderna combinada con algunos clásicos siempre remezclados por el DJ hace de este lugar punto de encuentro del público más moderno de la ciudad. Hay dos pisos. En donde estaba antes el escenario se encuentra el DJ, con una gran pantalla trasera que proyecta imágenes de colores. Algunas noches tienen DJs invitados de Holanda, Reino Unido y otros. En esos casos el precio de la entrada se duplica.

Otro lugar que siempre está lleno de hipsters y modernos es Espacio Panamá, en el interior de un solar donde solo quedan las fachadas en ruinas de un viejo edificio de Casco Viejo, en la esquina de la avenida B. Una mezcla de panameños y extranjeros jóvenes alrededor de un DJ y muchas veces de una vocalista house también, convierten a este lugar en una de las mejores fiestas de la ciudad donde la gente sí baila. Mezcla de públicos con gran presencia LGTB siendo el ambiente en general muy abierto y tolerante.


La periferia

En El Dorado, un barrio al interior, hay otros clubs de referencia para la comunidad LGTB pero de menor "rango" que Distinción en cuanto al público que acude. El más importante es Icon, decorado con gigantescas banderas del arco iris y con una gran sala central con dos barras donde pedir. La música es mucho mejor que en otros locales de este tipo aunque el público es, cuanto menos, curioso. En la parte de arriba hay otro club más pequeño llamado Planet, con un poquito más de categoria, en el que acudir con el grupo de amigos.

Cerca se encuentra Scape, también con camareros descamisados pero música algo más electro y house que la de Distinción, aunque no tanto como en Icon. Originalmente un club para lesbianas, cuenta con dos pisos y combina un público mixto de mujeres y hombres, predominando estos últimos. Suele llenarse los sábados.

Las chivas

Además de todos los bares y clubs que he mencionado, no puedo dejar de explicar una de las maneras más panameñas de empezar la noche: alquilar una chiva con amigos. Las chivas son diablos rojos - antiguos autbuses escolares estadounidenses que se convirtieron en Panamá en autbuses de línea - pero transformados, con barras y cuerdas por dentro, un DJ y un pequeño bar que ofrece barra libre durante las dos horas que dura la fiesta. Por supuesto, cuentan con un excelente equipo de sonido y por fuera van decoradas con barras de colores fluorescentes. Las mejores cuentan incluso con aire acondicionado. A la que yo subí hizo el recorrido despacito por toda Cinta Costera hasta Albrook y luego volvió al punto de salida. Es una experiencia divertidísima a hacer entre amigos. Importante tener en cuenta que hay diferentes tipos de chivas. Una de las más tradicionales es la chiva pachanguera, que incluye una murga - grupo de música panameño tocando en directo en su interior. - También hay chivas de la espuma, que incluyen fiesta de la espuma en su interior.

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Después de tanta fiesta y bailoteo, y, seguramente, habernos tomado un trago de más, lo mejor es imitar a muchos panameños y dirigirnos a Las Hadas, dentro del Hotel Sheraton, una cafetería abierta las 24 horas, donde pedir desde nachos y salmón al grill, hasta tartas de diferentes sabores, sandwiches y zumos de frutas naturales. Todo un clásico para no irse a domir con el estómago vacío y mitigar la posible resaca del día siguiente.

dissabte, 7 de setembre del 2013

Excursiones desde Ciudad de Panamá

Desde Ciudad de Panamá hay varias excursiones que podremos hacer en el mismo día para conocer mejor esta pequeña república centroamericana y de paso aprovechar los fines de semana si es que estamos trabajando, como al menos es mi caso.

Todo empieza por el Canal

Sin duda, la excursión más popular es acudir al famoso Canal de Panamá, especialmente al mirador de la esclusa de Miraflores. El Canal es la infraestructura que determinó a Panamá como país independiente de Colombia y que lo hizo famoso en todo el mundo. Y de sus derechos de paso la pequeña República obtiene millones de dólares con los que financia su crecimiento. En un corto trayecto en coche o en algún bus turístico llegaremos al centro de visitantes de Miraflores, que incluye un pequeño museo y restaurante. En el mirador podremos observar el juegos de esclusas más famoso del canal, el último que atraviesan los buques antes de llegar al puerto de Balboa, el el Pacífico.

Es impresionante como los gigantescos barcos esperan por turnos mientras las esclusas se van llenando y vaciando de agua en pocos minutos. Como las zonas de paso de los barcos son tan estrechas, varios trenecitos enganchan los barcos a través de fuertes cintas metálicas para mover sincronizadamente a cada buque y evitar cualquier choque que pudiera dañar el casco del barco o a la propia esclusa. Es toda una maravilla de la ingeniería.

Otra de las esclusas, menos frecuentada por turistas al estar más cerca de la ciudad de Colón que de Ciudad de Panamá son las de Gatún. Lo bueno de estas es que se ven los barcos de muchísimo más de cerca que en las de Miraflores y además, se puede cruzar el canal en coche apreciando muy cerca las gigantescas moles de acero. Gatún es recomendable para auténticos amantes de esta obra de ingeniería o para los que se dirijan a visitar el precioso fuerte de San Lorenzo, a unos veinte minutos de la ciudad de Colón.

Los fuertes españoles del Caribe patrimonio de la UNESCO

El fuerte de San Lorenzo, patrimonio de la Humanidad, se encuentra al final de una carretera que atraviesa un denso parque nacional. Lo construyó el antiguo Imperio español para proteger la desembocadura del caudaloso río Chagres, ya que por él intentaron incursionar varios piratas para atacar la antaño rica ciudad de Portobelo. Además de apreciar la solidez arquitectónica con la que se construyó este fuerte del mar Caribe, podremos disfrutar del precioso paisaje, especialmente de la desembocadura del Chagres. Es una excursión que sólo se puede hacer en coche, ya sea alquilado, con amigos o en tour. La inmensidad de la naturaleza y el estado salvaje en el que se encuentra el fuerte lo hacen perfecto para desconectar un poco de la ciudad.

La Zona Libre de Colón

Si habéis decidido visitar San Lorenzo y las esclusas de Gatún, aprovechad que os pilla de paso y entrad a la Zona Libre de Colón. Eso sí, si tenéis coche particular, los taxis no están autorizados. Llevad vuestro pasaporte y si algún guardia os pone problemas... sugiero utilizar algún método poco ortodoxo. Si tenéis paciencia y buscáis bien, encontraréis artículos realmente baratos, y todos originales, ya sea ropa, gafas de sol y sobretodo, perfumes. Baratísimo. No compréis mucho porque al salir revisan también y os podrían intentar cargar el impuesto.

Seguimos con los fuertes caribeños

Portobelo es otra de las excursiones posibles desde la ciudad. Para los que tengáis coche es bastante sencillo y rápido llegar. En cambio, para os que optéis por el transporte público, he aquí como llegar: desde la Terminal en Albrook tomad cualquier bus que se dirija a Colón pero recordando que tenéis que bajaros antes en Sabanitas. Una vez allí, hay que tomar un "diablo rojo" (antiguos autobuses escolares estadounidenses redecorados pintorescamente) frente al supermercado El Rey que tras 45 minutos os dejará finalmente en el pueblecito de Portobelo.

El pueblo en sí no es especialmente bonito. Sin embargo, hay diversas fortificaciones que llevaron a la UNESCO a declarar este lugar Patrimonio de la Humanidad. Fue Cristóbal Colón, en su cuarto viaje de 1502, que bautizó este puerto natural como Porto Bello, sorprendido por su belleza y la seguridad que ofrecía a las carabelas.

Portobelo fue uno de los puertos más importantes desde los que salía plata hacia Sevilla y una de las ciudades clave de la América colonial española. Sus ferias eran famosísimas y a veces duraban hasta 40 días. El comercio de esclavos africanos eran también numeroso. Debido a este abundante comercio de plata y otros metales preciosos así como de todo tipo de mercancías, se decidió fortificar la ciudad. Tal acumulación de riquezas atraía a los piratas ingleses del Caribe y había que defenderse.

De hecho, el famoso Francis Drake murió en la bahía de Portobelo de fiebre. William Parker saqueó la ciudad en 1601. Y el temido Sir Henry Morgan asestó un golpe durísimo a la rica ciudad cuando, acompañado de nueve barcos cargados con medio millar de hombres, saqueó, violó, torturó y asesinó a centenares de españoles en Portobelo. A partir de mediados del siglo XVIII Portobelo entró en decandencia.

Ahora mismo, quedan los restos de los fuertes, el de San Jerónimo, que destaca por su larga fila de sus cañones y sus bellas vistas tanto de la bahía como de la Aduana. Este último edificio es una buena muestra del estilo renacentista colonial español. Aquí estaban las principales oficinas gubernamentales de la ciudad. Tras diversos bombardeos el edificio quedó en semi ruinas hasta ahora que se ha restaurado y contiene un museo con diversos objetos históricos.

El otro fuerte a visitar es el de Santiago de la Gloria, a los pies del ya casi desparecido castillo de San Felipe. Aquí se conservan más cañones y la estructura defensiva de la infraestructura militar.

Además de los fuertes y la Aduana, es recomendable visitar la iglesia de San Felipe, en la que se encuentra el famoso Cristo Negro, muy seguido tanto en Panamá como internacionalmente. La historia de esta figura es bien conocida: un barco con destino a Cartagena de Indias hacía escala en Portobelo y no podía zarpar de nuevo debido al mal tiempo durante numerosos días. Al final, fue cuando bajaron la estatua del Cristo Negro que finalmente pudieron zarpar, por lo que los fieles consideran que el Cristo deseaba quedarse en Portobelo.

Portobelo actualmente apenas cuenta con 2000 habitantes, es casi una aldea. Sin embargo, se respira ese pasado glorioso tanto en sus edificios como en algunos detalles que se observan en sus calles. Vale la pena acercarse unas horas hasta aquí y disfrutar tanto de los restos históricos como del bellísimo paisaje de su bahía.

Playas cerca de la ciudad

Respecto a playas cerca de la ciudad podremos elegir entre las del Pacífico, con fuertes olas y arenas más oscuras, o las del Caribe, de arenas blancas y aguas calmadas y prístinas. Para las primeras, los surfistas amarán las cercanas a San Carlos, a una hora y media más o menos de la ciudad. Una de las que pude disfrutar fue de El Palmar, una playa de olas gigantescas que te arrastran hacia dentro del mar para tras unos segundos expulsarte con fuerza hacia la orilla. Si no tenéis cuidado acabaréis raspadísimos por la arena y las piedras o revolcados por alguna ola. Estas alcanzan varios metros de altura, es impresionante cuando te suben hasta arriba y ves la playa tan abajo. Las arenas medio negras medio oscuras brillan de noche.

Respecto a las playas del Caribe cercanas, los más madrugadores podrá pasar un día en las paradisíacas islas de San Blas, aunque como ya expliqué en mi entrada, creo que es bastante recomendable quedarse a pasar la noche allí. Iré actualizando


Escapadas a las montañas

Los que gusten de algo más rural pueden dirigirse al Valle de Antón. Tomad la carretera en dirección a San Carlos y una vez allí girad hacia en interior cuando las señales del Valle aparezcan. Es un lugar estupendo para pasar un fin de semana en el silencio de la naturaleza, rodeados de verde y pasear por su mercado de frutas y verduras o disfrutar de las cascadas y aguas termales a las que no pude ir.

También se puede apreciar a la famosa "India dormida", una figura que hace la cordillera montañosa que rodea este precioso valle. Para alojamiento, lo mejor es alquilar alguna de las magníficas casas que se pagan por noche ocupada y salen muy bien de precio.

Otra escapada cercana es Cerro Azul, a algo más de media hora de la ciudad. Estas montañas son perfectas para pasar un finde en naturaleza, pasear por bosques, ríos, cascadas y lagos, disfrutar del fresquito y poder ver una panorámica estupenda de Ciduad de Panamá desde las montañas.