Muchos conocen Madrid como ciudad eminentemente castiza, a pesar sus varios millones de habitantes. Sin embargo, la capital española es también una ciudad cosmopolita y su gran su oferta gastronómica así lo demuestra. La cantidad y calidad de sus restaurantes basados en las diversas cocinas del mundo están garantizadas.
Si lo que buscamos es comida mexicana, encontraremos mucho donde elegir. Tras probar varios, destaca sin duda el Tepic, un local desenfadado, joven y con un diseño a la última, por supuesto con detalles como cactus o una enorme foto mural de un vagón de metro del DF. Los precios son normales, y la carta sencilla pero completa, con todo lo que uno espera encontrar en un restaurante mexicano y alguna sorpresa más. Por lo que hace a los entrantes, la Flauta de chicharrón de queso será un buen comienzo.
Los tacos, como plato principal, se encuentran dividos entre los que llevan queso y los que no. El Acapulco Tropical con queso es particularmente sabroso, jugoso y con el toque de frescura de la piña cocida. Los vegetarianos verán satisfecho su apetito con los tacos sin carne. También hay enchiladas gratinadas, para todo el que busca, y con razón, ese toque picante. Por último, en postres destaca el Tres Leches, muy típico mexicano. Un esponjoso bizcocho circular a base de leche evaporada que se os quedará pequeño.
Y para beber, además de la excelente carta de tequilas disponible, encontramos la famosa michelada, típica cerveza mexicana con lima verde natural y el borde del vaso rodeado de sal. Para los más auténticos está la "michelada Tepic", con chile tanto mezclado con la cerveza como triturado y situado en el borde del vaso. Todo un reto para los no habituales.
El personal, mexicano en su mayoría, es amable y eficiente, y además suelen recomendar platos según el gusto de cada comensal. También suelen animar a compartir, algo que acentúa el carácter desenfadado y amigable del lugar. Sin duda este urban mex (tal y como se definen) no decepciona.
En cuanto a la comida italiana, no hay duda: Ouh... Babbo! es el mejor restaurante italiano de Madrid en relación calidad/precio. La atención personalizada, los ingredientes totalemente importados de Italia y el trato excelente son claves para convertir a este lugar en obligatorio para todos los amantes de la gastronomía del país de la bota. El dueño es el actor hispano-italiano Bruno Squarcia, y es el quien nos aconsejará personalmente. Su cara nos sonará de las series Al salir de clase o Yo soy Bea.
En este restaurante la carta varía cada cuatro meses, adaptándose a los ingredientes de cada temporada, lo que nos garantizará la frescura y calidad de los mismos. Las pastas, antipasti, carnes, pescados y ensaladas son estupendos, pero el núcleo alrededor del cual gira la carta son las pizzas.
En Ouh... Babbo! las pizzas se cuecen en un auténtico horno de leña napolitano y esán hechas con ingredientes especialmente traídos desde Nápoles. En este restaurante tienen muy claro los orígenes de la pizza y por tanto se ciñen a la receta tradicional, con pizzaiolos napolitanos trabajado en sus cocinas. La masa es increíble, así como el queso mozzarella utilizado, pero lo mejor son los pomodorini, los típicos tomatitos secos con ese sabor tan potente. En la respetable carta de vinos encontrarmos toda la variedad de caldos y licores que encontrariamos en cualquier local medio de las calles de la capital del sur italiano.
Y si preferimos adentrar nuestro paladar en los ritmos caribeños, no muy lejos de la estresante puerta del Sol encontramos un lugar donde relajarnos con música cubana en directo: La Negra Tomasa, donde arroz, frijoles y carne de cerdo reinan, dejando un hueco al marisco presente en el Cojimar, plato a base de arroz, camarones en salsa de tomate especiada y rodajas de banano fritas como condimento.
Otro de los puntos fuertes del local son los grandes batidos de frutas naturales, que suelen tomarse acompañando la comida principal, siguiendo las costumbres americanas. Y como final feliz, los postres cubanos, básicamente compuestos de huevo, arroz y leche, destacando por encima de todos el dulce de coco, compuesto por leche de este fruto tropical azucarado con trocitos blancos de la fibra del coco y una bola de queso crema en mitad de la copa. Y por supuesto, aquí el personal sirve, según ellos, los mejores mojitos de Madrid.
Es curiosa la cantidad de detalles que adornan el restaurante. Las propias camareras llevan aún el tradicional vestido de la Cuba tradicional, aunque la iconografía castristas y del Che abunden. Y si teneis la suerte de toparos con la dueña del local, la señoraTomasa, os pasará consulta de cartomancia cubana a cambio de la voluntad.
El África negra también ocupa su hueco en el panorama gastronómico de la capital. El Restaurante Senegalés, situado en el corazón de Lavapiés, es uno de los restaurantes donde degustar la consistente y sabrosa comida del país africano. Siguiendo las pautas de consumo de la región, enormes platos para compartir son servidos en medio de las mesas, a base de arroz y trozos de mandioca y cerdo en la mayoría de ocasiones. Es verdad que la carta es poco variada, pero aún así, la comida es auténtica y deliciosa. En el África subsahariana no hay primeros y segundos platos, sino que se como todo a la vez en la misma fuente.
Un plato cada dos bastará. Y no olvideis pedir una de las bebidas de la carta, de nombres imposibles de recordar, pero con sabores que no olvidaréis jamás. Muy dulces y a base de frutas autóctonas del Senegal, estos líquidos nos trasportarán a las selvas y bosques de la zona, y a los aromas de aquellas enormes flores de colores que crecen en las tierras fértiles del África tropical.
El local es sencillo pero muy auténtico. Además, la amabilidad de los camareros es impagable. Un ambiente relajado donde comer mucho por precios muy bajos rodeados de parte de la comunidad senegalesa de Madrid. Al lado hay una tienda de productos africanos importados, para los que se quedan con ganas de más.
Y sin dejarnos Asia de lado, Japón ocupa un lugar clave en muchísimos restaurantes madrileños. Curiosamente muchos de los dueños de restaurantes japoneses suelen ser chinos. Anécdotas aparte, uno de los japoneses más auténticos de la capital es el Nagoya, muy próximo a la plaza de Olavide. A mediodía suele tener un menú a precios muy asequibles, en especial la caja bento, tan tradicional, con su sopa de miso calentita para empezar. Después llegará la caja de cerámica, con una degustación de sushis, sashimi, maki y tempura. Y no faltará la sempiterna salsa de soja o la bolita de picante wasabi. Además de los bento, otra opción para los más carnívoros es pedir los kami yakisoba (tallarines con crujiente pato y salsa teriyaki).
Desde Lonely Planet afirman que este es el mejor japonés de Madrid. Desde luego, es muy recomendable para todo amante de esta cocina. Pero si lo que buscamos es mayor sofisticación, sin dejarnos la cartera por el camino, Sukothay (en la Castellana) es cita obligada para los amantes de la cocina oriental. De fusión tailandesa y japonesa, también cuenta con dos cartas diferenciadas de estas dos gastronomías. Además de gran variedad de tés y una amplia bodega.
La decoración del lugar se inspira en el lujo asiático y es especialmente recomendable acudir a cenar. Su tenue iluminación es excelente y su servicio exquisito. Del lado tailandés, el Gai satay (mini brochetas de pollo con la deliciosa salsa de cacahuetes) es un entrante excelente, aunque el Kaek gung tampoco se queda atrás (deliciosa tempura de langostinos y cangrejo). El Ped Makarm Sapparot (magret de pato con pok choi y salsa de piña y lima) también es muy recomendable.
La calidad de los sushis es también notable: de hecho, si preferimos algo más rápido o informal, en la entrada hay una barra de sushi. Destacan los buenísimos makis tempurizados, calentitos y con el alga nori crujiente. Y el sashimi ceviche nos trasladará a los sabores cítricos resultantes de la gran comunidad japonesa que desde hace décadas reside en Perú.
Desde luego, esto solo es un botón de muestra de los muchísimos restaurantes internacionales con los que cuenta Madrid, pero por ahora estos son mis favoritos. Aunque lo mejor de ellos, claro está, es cn compañía de quién los disfrutas. Os dejo las direcciones, por si acaso:
Mexicano - Tepic
Calle Pelayo, 4. Metro Chueca.
Italiano – Ouh... Babbo!
Calle Caños del Peral 2, Metro Ópera.
Cubano - La Negra Tomasa
Calle Cádiz, 9. Metro Sol.
Senegalés – Restaurante senegalés
Calle Amparo esquina calle Sombrerete. Metro Lavapiés.
Japonés – Nagoya
Calle Trafalgar, 7. Metro Bilbao
Tailandés / Japonés – Sukothay
Paseo de la Castellana, 105. Metro Santiago Bernabéu.
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