La Honduras más turística
Pese a que dije, y me reafirmo, que si uno solo pudiera visitar un lugar de Honduras, debería ir a Copán, la mayoría de extranjeros que visitan la pequeña república centroamericana lo hacen exclusivamente a sus islas de la Bahía, y especialmente a la más grande de todas: Roatán. Aquí llegan decenas de cruceros que la incluyen en sus rutas caribeñas, igual que a este paraíso llegó Colón en su cuarto y último viaje a América. De hecho, la leyenda cuenta que el nombre "Honduras" se quedó de la expresión del explorador cuando, tras sufrir un ciclón de la zona y salir finalmente indemne dijo "Bendito Dios, que salimos de estas Honduras",
En cualquier caso, las islas de la Bahía, pese a no ser caras con estándares globales, si lo son para el hondureño medio, que mayoritariamente visita la costa continental usando la ciudad de Tela como base de operaciones. Sea que vais a descubrir el Caribe continental hondureño, el insular o ambos, preparaos para un calor húmedo y sofocante, que hace muy complicado estar fuera de la playa o piscina durante las horas de sol. Os cuento cuál fue mi experiencia:
Tela
Una primera parada para descubrir el Caribe hondureño es Tela, antigua capital de la época bananera del país. De hecho, las bananas llegaron a representar casi el 70% de las exportaciones del país a principios de siglo XX. Aquí aún se pueden ver las antiguas instalaciones de la United Fruit Company, con las casas de los empleados y mansiones de los directivos, las instalaciones ferroviarias con las que trasladaban las mercancías en trenes de los campos a los barcos; o las grandes plantaciones frutales, muchas ahora reconvertidas en palmas para conseguir aceite y que hacen subir el precio del maíz, alimento básicos de las clases populares hondureñas.Pero Tela ya ha dejado ese pasado atrás y poco a poco se ha convertido en un destino turístico con dos zonas muy diferentes: su playa urbana, sucia y llena de gente ruidosa, bastante insegura en general, aunque con unos atardeceres espectaculares; y los resorts de lujo de sus alrededores, como el Hotel Indura, con sus piscinas infinitas y sus playas solitarias.
Una de las primeras cosas que sorprenden del Caribe hondureño es su gastronomía. Un lugar donde disfrutarla es el mítico Hotel y Restaurante César Mariscos, en el que no hay que perderse su pan de coco casero, la famosa sopa de caracol (hecha de caracola, leche de coco, plátanos macho y otros ingredientes deliciosos de la zona), las gambas empanadas en coco y el resto de platos de marisco. El lugar es muy popular entre los hondureños, que llenan sus mesas en la playa, perfectas para comer y beber durante la puesta de sol.Alrededor de Tela, además, hay varias comunidades garífunas, descendientes de los africanos esclavizados que huyeron de San Vicente y las Granadinas, para evitar que los ingleses los siguieran esclavizando en 1797, y se instalaron en Roatán y la costa caribeña de varios países centroamericanos, pero mayormente en la actual Honduras. Cada 12 de abril celebran este hito histórico.
Estas comunidades cuentan con casas, rústicas pero coloridas y preciosas. Sus habitantes os darán la bienvenida a sus restaurantes de comida local, sobre todo basada en pescados a la brasa. No os perdáis su snack casero más famoso: el casabe, que también sirve de acompañamiento a cualquier comida. Se trata de una especie de pan seco crujiente de yuca prensada y horneada con margarina y ajo. El poblado más grande es Tornabé, donde también ofrecen tours en botes por los manglares donde pescan gambas. Yo además, tuve la suerte de ver una exhibición del baile tradicional: la punta, cantando en su lengua, el garífuna.
Roatán
En cualquier caso, son las islas de la Bahía el punto caliente del turismo en Honduras: con unos de los mejores lugares de buceo del mundo, visitantes de todo el mundo pasan temporadas en este paraíso y sus tres principales islas: Utila, Guanaja y la más grande, Roatán, que es la que visité por tener aeropuerto y contar con poco tiempo. La ruta más corta desde Honduras es el vuelo San Pedro Sula-Roatán.
Nada más aterrizar me di cuenta que Roatán no tenía nada que ver con el resto del país, ni siquiera con la cercana Tela. Aquí hay muchísimos extranjeros, la sensación de seguridad es mucho mayor, las carreteras están mucho mejor que en otros lugares y también hay servicios más sofisticados que en el resto del país. Yo me concentré en el sur de la isla, su parte más desarrollada. Si pensáis visitar las islas, la mejor época es entre abril y junio, el resto del año hará muchísimo calor o lloverá durante gran parte del día.
West End
Hay muchos lugares donde quedarse en la isla, pero si es la primera vez y tenéis poco tiempo, siempre se recomienda ir a West End, zona que se alarga entre dos bahías de aguas turquesas rodeadas de palmeras cocoteras. Relajada pero con algunos lugares de fiesta, y una gran variedad de restaurantes, este fue el lugar en el que me quedé. West End es un entorno calmado, donde la gente disfruta del sol y el mar sin prisa.
Con la barrera de coral más grande del mundo tras la australiana, estas islas están llenos de amantes del buceo o del snorkel. En West End se encuentra la zona más accesible a pie del Roatán Marine Park, en cuyo local se pueden alquilar gafas y aletas de snorkel para los que no queráis bucear. También cuentan con una ruta en la propia bahía de la población, Half Moon Bay, atiborrada de maravillosos corales, caracolas, estrellas de mar y peces de todos los colores y tamaños, además de tortugas. Una de las cosas más bonitas que no había visto aún en otros lugares del mundo son los llamados "abanicos morados" un tipo de coral precioso que se balancea al ritmo de la marea a poca profundidad en grandes conjuntos que crean una visión maravillosa. Eso sí, admiradlos a lo lejos, ya que son muy delicados y cualquier toque con las aletas puede matarlos al romperles su delicado tallo.Lo que paguéis de alquiler o en su tienda va a una fundación que se dedica a proteger la fauna y flora de Roatán incluso con cuatro barcos patrulleros, que ya han conseguido meter en la cárcel a muchos pescadores ilegales así como a turistas sin escrúpulos que intentan arrancar corales, caracoles o estrellas de mar para llevarse de recuerdo.
Para dormir recomiendo la posada Las Orquídeas: precio justo, habitaciones simples pero cómodas y con aire acondicionado y sobre todo, una cafetería en un muelle maravillosa con un desayuno estupendo incluido. De hecho, aunque no os quedéis en este lugar, recomiendo que al menos desayunéis un día en su elegante café "Café de Palo". Al estar en una pequeña península, el entorno es más tranquilo que en el centro de la población de West End.
Para comer hay decenas de buenas opciones, pero si una noche queréis algo más informal pero delicioso, probad los míticos Tacos Raúl, un puestito al aire libre frente al mar en la rotonda de West End que prepara uno de los mejores tacos al pastor de la vida en el momento.West Bay
West Bay es la otra zona popular, sobre todo por sus grandes hoteles y porque aquí llegan los visitantes en tour de los cruceros. No recomiendo quedarse aquí porque el alojamiento en es caro para la calidad que ofrece, y además, muchos de los grandes hoteles permiten acceder a sus instalaciones pagando consumiciones, por lo que no merece la pena derrochar dinero en habitaciones que tampoco son tan buenas.
West Bay es la típica playa paradisíaca del Caribe que todos imaginamos. De hecho, es considerada la mejor de Roatán. Eso sí, abarrotadísima de gente, especialmente en días de crucero, cuando es imposible hacerse con una hamaca. Desde West End es fácil llegar en los "water taxi" que salen según se llenan del muelle que hay pasando Half Moon Bay. Una buena idea de excursión es salir por la mañana y, para evitar multitudes, meteos en cualquiera de los resorts con piscina, que podréis usar (y además os prestarán una toalla) siempre que comáis allí, y la comida está bien así que merece la pena. Yo opté por el Paradise Beach Hotel, que no está mal, aunque me consta que en breve abrirán algunos más modernos aún. Al atardecer, coger water taxi de vuelta a West End.
El Caribe hondureño es mucho más auténtico y aventurero que muchas otras zonas, y si optáis por Roatán, uno de los más seguros. Tampoco es excesivamente caro si escogéis bien. Me cuenta que Utila, por ejemplo, es más tranquila y auténtica que Roatán, así que tendré que volver en otra ocasión.Comer
Sopa de caracol en César Maricos
Canción
Sopa de caracol de Banda Blanca.