Abu Dhabi, capital de los Emiratos Árabes Unidos, es una de las ciudades más ricas del mundo. Y esto se nota no sólo en el perfecto estado en el que se encuentra el pavimento, las aceras, la iluminación, los parques o los autobuses urbanos. Muestra de esta riqueza es que muchas de las parades de autobús urbano disponen de aire acondicionado.
¿Y cómo hago para comunicarme en árabe?
Abu Dhabi llama la antención también por su particular composición demográfica: sólo el 20% de la población es emiratí (local). El resto son inmigrantes llegados del subcontinente indio (Pakistán, India, Sri Lanka y Bangladesh, de otros árabes vecinos destacando Egipto, Marruecos, Siria y Líbano así como de Filipinas. Además, hay una fuerte presencia de expatriados procedentes de Norteamérica, Europa, Sudáfrica y Australia. Esta curiosa mezcla da como resultado una ciudad cosmopolita con diferentes opciones gastronómicas y de compras, trayendo productos y sabores de todo el mundo a sus habitantes. Además, esto hace que la principal lengua de la ciudad sea el inglés, con la que se puede hacer vida normal.
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Son muchos los que visitan Abu Dhabi en un día, aprovechando la cercanía a Dubai en coche o bus. Para todos ellos, o para los que tenga que vivir en la capital emiratí por motivos laborales, he aquí algunos lugares y actividades imprescindibles a realizar:
Sólo por la Gran Mezquita Sheikh Zayed vale la pena venir a Abu Dhabi
Sheikh Zayed, primer presidente de los Emiratos Árabes Unidos y padre de la patria, la Gran Mezquita recibe al visitante de Abu Dhabi al estar situada en una zona elevada y pegada a las carreteras de acceso a la ciudad.
Considerada una de las mezquitas más grandes del mundo, esta maravilla de la geometría compuesta de más de 80 cúpulas de mármol de Carrara puede acomodar a más de 40.000 personas rezando. Concebida por el propio
Recomiendo que consultéis los horarios de las visitas guiadas gratuitas. Son muy interesantes y os servirán para mejor entender las partes y significados de las mezquitas. Yo lo hice con un emiratí estudiante de medicina, que trabaja allí como voluntario. Algunas curiosidades es la explicación de la decoración de la zona que sirve para orientar a los fieles sobre la dirección a la Meca. Este pequeño espacio tiene una decoración de mármol y oro con líneas onduladas porque simboliza lo que le espera al buen musulmán en el paraíso: ríos de leche y miel.
Se empieza por el gigantesco patio central, rodeado de cuatro minaretes estilo egipcio de más de 100 metros cada uno. Diseñada con una mezcla de estilos marroquíes, turcos e incluso del Taj Mahal indio, la mezquita impresiona por su equilibrio y magnificiencia. Los materiales nobles usados aún la hacen más impresionante, cómo por ejemplo la alfombra persa más grande el mundo, que cubre el interior de la gran sala central, o los seis candelabros de oro macizo que cuelgan de las cúpulas.
Finalmente cabe destacar la decoración floral y geométrica en los mármoles, a base de piedras semipreciosas traídas de todo el mundo. No os arrepentiréis de visitar esta maravilla ni tampoco de las explicaciones sobre las características de los rezos y simbolismo en el Islam.
Pero hay mucho más en Abu Dhabi
Dirigíos después al centro de la ciudad, especialmente al barrio de Al Markaziyah, dónde podréis vivir la auténtica vida de la ciudad, con tiendas de ropa y calzado barato regentadas por indios, puestos de comida barata de todo tipo, destacando los shawarmas, la comida filipina, los zumos naturales, las pastelerías indias y palestinas o el pollo frito preparado de mil maneras. Por supuesto hay restaurantes muy curiosos, como uno etíope, de los cuales hablaré en un próxima entrada. Aprovechad la caída del sol a partir de las 6 de la tarde para poder caminar por estas calles y avenidas curioseando por las tiendas.
En ese mismo barrio no se puede dejar de visita el Zoco Central, una reinterpretación contemporánea del tradicional zoco diseñada por
Norman Foster, pero respetando las esencias de este espacio tan típico de la península arábiga. Maderas nobles, pasillos laberínticos, iluminación ténue y olores exóticos. Aquí podéis aprovechar para comprar algunos productos típicos de gran calidad.
Vaya, vaya, aquí sí hay playa
Una forma rápida de relajarse cualquier tarde en la ciudad es yendo a la playa. La opción más sencilla es ir a la playa pública de la Corniche. Los fines de semana casi todas las estaciones de esta playa están demasiado llenas de gente por lo que una buena alternativa es ir a la estación 5, donde por una pequeña suma podréis acceder y por un poquito más incluso tener vuestra propia tumbona y parasol. Es la única estación privada de las playas en Corniche. Las cálidas aguas del golfo Pérsico os esperan junto con arena blanca y un panorama precioso, con el Hotel Emirates Palace y el Teatro Nacional de fondo, así como la gigantesca bandera nacional. Lo mejor es ir a partir de las tres y media de la tarde, cuando hace menos calor y así, de paso, disfrutar de la preciosa puesta de sol.
Y no os olvidéis del hotel más caro del mundo
Otro de los imprescindibles de la ciudad es el Emirates Palace, el hotel más caro del mundo, construido en oro y mármol, que cuenta con más de mil candelabros con cristales Swarovski así como la única máquina automática expendedora de lingotes de oro del mundo. Sus 114 cúpulas hacen que desde fuera se observe como un gigantesco palacio sacado de los sueños de cualquier obsesionado con cuentos como Aladdín.
Por falta de tiempo no pude visitar su pequeña galería de arte antiguo pero sí pude disfrutar de una cena en el genial Mezlai, uno de sus exclusivos restaurantes, y el único restaurante de comida tradicional emiratí del país. Otro must de cualquier visita a Abu Dhabi. Esta comida también os la contaré en breve.
Si tenéis tiempo, alguna escapadita merece la pena
Personalmente pude visitar brevemente Dubai, la ciudad más famosa del país, alargadísima (más de 50 km de largo), llena de macrorascacielos y con dos eficientes líneas de metro. Es muy fácil llegar en transporte público: cada media hora sale un autobús desde la estación de autobuses de Abu Dhabi a la de Dubai y viceversa que funcionan desde las 5 de la mañana hasta pasada la medianoche y por un módico precio.
Dubai fascinará a cualquiera. Recomiendo empezar la visita por el distrito histórico de Al Fahidi - Bastakia, un laberinto de callejuelas restauradas con las antiguas casas que construyeron hace cien años los mercaderes persas de perlas y textiles que aquí se instalaron. Estas casas construídas con pieda se caracterizan por tener unas torrecitas que servían de mecanismo tradicional de "aire acondicionado" y permitían la entrada de aire fresco y la salida de aire caliente.
En el silencio de este barrio encontraréis restaurantes,tiendas y pequeños museos, así como trozos originales de la antigua muralla que protegía al pequeña Dubai del siglo XIX. Destaca también el Dubai Museum, al que por falta de tiempo no pude entrar. Aprovechad también para pasear a lo largo del Dubai Creek, la entrada de agua que hace las veces de río de la ciudad, y cruzadlo en uno de los típicos barquitos.
De ahí, en pocos minutos en el metro podremos llegar al nuevo centro de Dubai, presidido por la impresionante Burj Khalifa, el edificio más alto del mundo, que parece un gigantesco cohete a punto de despegar hacia el universo. Tiene más de 800 metros de altura y también me quedé con las ganas de subir. A la próxima. Al menos pude presencia el espectáculo de la Dubai Fountain, un conjunto de gigantescas fuentes que hacen bailar al agua a ritmo de diferentes coreografías de todo el mundo con la gigantesca Burj Khalifa de fondo.
Rodeando esto se encuentran dos curiosos centros comerciales que merece la pena visitar. El primero es el Dubai Mall, uno de los más grandes del mundo, con más de 1200 tiendas, un gigantesco acuario en el centro, una pista de patinaje sobre hielo de tamaño olímpico o unas cascadas gigantescas de cuatro alturas. Es la exaltación del consumismo más extraordinaria que he visto nunca. Son tantos los estímulos visuales que uno acaba saturado y fatigado de tanto que hay que ver. Por ejemplo, submarinistas rodeados de tiburones llevando publicidad en el acuario frente a la tienda de golosinas más grande que nunca vi.
Justo al lado está el Zoco Al Bahar, un pequeño centro comercial que recrea un zoco tradicional modernizado con productos típicos de gran calidad, miles de olores y varios restaurantes con vistas a la impresionante Burj Khalifa.
Pero hay mucho más que ver además de Dubai
Las opciones de excursiones son muchas y variadas, sobretodo aprovechando la cercanía al desierto o al Sultanato de Omán. Desafortunadamente yo sólo pude hacer una excursión más. Cómo buen obsesionado del los sitios
Patrimonio de la Humanidad - UNESCO, consagré una mañana y tarde en visitar la pequeña ciudad de Al Ain, muy importante sentimentalmente para los emiratís por ser el lugar de nacimiento del
Sheik Zayed, padre fundador de la patria.
Conocida como la Ciudad Jardín, muestra de forma clara la obsesión personal del Sheik por transformar partes de desierto en frondosos jardines. Además de los diversos museos nacionales y la casa natalicia del Sheik, aquí se encuentran diversos sitios que la UNESCO declaró parte de su lista patrimonial.
Por ejemplo, el Oasis de Al Ain, un conjunto de más de 150 000 palmeras datileras irrigadas con el sistema de falaj, ríos subterráneos construídos con pequeños túneles desde hace siglos. Merece la pena perderse por los intrincados paseos y saltar alguna de las cercas cuando nadie mire para coger un puñado de dátiles recién cultivados de algún basquet, como yo hice.
Otro de los sitios que pude visitar fue el parque arqueológico de Hili, que cuenta con algunos restos de hace más de 4000 años, mostrando la arquitectura típica de la Edad del Bronce en la península. En general los restos decepcionan, puesto que no son más que bases de edificios ya desaparecidos, con la excepción de una tumba circular restaurada, con unos relieves decorativos mostrando lo que podrían ser figuras humanas y de cabras. Se puede ir en autobús, aunque de la parada al parque hay como 15 minutos andando.
Para llegar a Al Ain hay autobuses tanto desde Abu Dhabi como desde Dubai, y tardan aproximandamente dos horas y media de trayecto.
¿Por qué volveré a Abu Dhabi?
En primer lugar porque me quedan varias cosas pendientes. Lo primero el Ferrari World Park, el primer parque temático cubierto del mundo que cuenta con la montaña rusa más rápida operando.
En segundo lugar por el genial parque acuático Yas Waterworld, uno de los mejores del mundo.
En tercer lugar por el moderno Yas Marina Circuit y el Yas Viceroy Hotel, incrustado en mitad del circuito de Fórmula 1.
En cuarto lugar, por los nuevos museos que se abrirán en breve en el nuevo distrito cultural, como la rama local del museo del Louvre - diseñado por
Jean Nouvel - , la del Guggenheim - pro
Frank Gehry o el nuevo Museo Nacional Zayed - de
Norman Foster. Tanta arquitectura de vanguardia en conjunto con colecciones de arte tanto locales como extranjeras, convertirán a Abu Dhabi en un hub de la cultura mundial en pocos años.
Y por último, por las decenas de excursiones que me quedan por hacer, sean al desierto de Liwa, a conocer mejor Dubai o a poder explorar otras zonas de la península arábiga. Abu Dhabi es una ciudad cómoda, con un excelente sistema de transporte público tanto interurbano como al resto de ciudades del país, y con unos taxis eficientes y baratos, además de comida asequible. Lo único caro son los hoteles.
Y ya sabéis: cuando vuelva os cuento.