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dimarts, 29 d’octubre del 2013

Los mejores lugares donde viajar en 2014

Lonely Planet lo ha vuelto a hacer. Acaba de sacar sus listas de los lugares a los que deberíamos plantearnos ir en 2014. Ellos dan sus razones y de paso nos ponen nerviosos a todos los amantes del arte de viajar. Vamos a dar un repaso:

Mi querida París se posicina como el destino número uno en ciudades para 2014 ¿Razones? 

1- Pasear por las nuevas zonas peatonalizadas en los paseos del Sena y ver los jardines flotantes.

2- Escuchar las nuevas réplicas de campanas medievales restauradas en la catedral de Notre-Dame.

3- Ver las nuevas galerías de arte islámico del Louvre, con la alfombra de oro colgante como gran estrella.

4- Visitar el restaurado Museo Picasso, cerrado durante años (yo lo visité en 2009).

Como dicen, la ciudad más bella del mundo está en 2014 aún más bella. 

Pero sigamos adelante. En segunda posición llega Trinidad, una pequeña ciudad dormida en mitad de Cuba que también pude visitar, hace como año y medio. Además de por las muchas razones que yo ya expliqué en este blog, en 2014 la ciudad cumplirá los 500 años de su fundación por los españoles. Esta joya resultado del boom del azúcar en el siglo XIX merece una visita si aún no habéis podido disfrutarla, especialmente con los cientos de actividades culturales y festivas que se preparan. Aún recuerdo el bello paladar Sol y Son, un lugar excelente con su cerdo al ron entre otros platos. 

Les siguen Cape Town, Riga, Zürich, Shanghai (una ciudad maravillosa, por cierto), Vancouver, Chicago, Adelaide y Auckland. 

Pero veamos los países recomendados: empieza con Brasil. Obviamente la Copa del Mundo de Fútbol en el país más futbolero del mundo. La mejor excusa para visitar su diversidad natural o las diferentes y bellas ciudades que forman este país tropical. 

Sigue la Antártica (bien difícil de visitar para presupuestos austeros) y Escocia está en número tres. Sus diversos proyectos de mejora en Glasgow debido a la celebración de los XX Juegos de la Commonwealth así como el auge del sentimiento escocés debido al reférendum de la independencia hace a este país más atractivo de visitar este nuevo año. Continúan Suecia, Malawi, México, las Seychelles, Bélgica y Macedonia. En décimo lugar está Malasia, al que quise ir este año pero por diversas razones no pude. A la próxima.

De las regiones, cabe destacar la isla de Mallorca, que en séptimo lugar se presenta como una zona que se esfuerza en sacudirse los clichés de turismo de masas y moverse hacia una oferta de turismo más auténtico y conectado con las tradiciones, cultura, gastronomía y paisajes locales, tanto de playa como de montaña. 

Respecto a las comidas del año, me llama la atención en el número tres el adobo filipino. Como dicen ellos, sorprende que un plato de sólo cuatro ingredientes (pollo, vinagre, ajo y salsa de soja) sepa tan bien y unifique a una nación que lo disfruta en las cientos de carinderías que pueblan ciudades y villas. Después vienen la langosta cubana, que tan a gusto disfruté durante mis dos semanas en la isla caribeña, y que tan baratas son comparado con el resto del mundo. 

Le sigue la fideuà, un plato que me encanta, originario de la comarca de La Safor, en el País Valenciano a a base de fideos y marisco, pero que sigue sin superar a la paella valenciana, para mi gusto. 

Respecto a destinos para pasar lunas de miel, destacan Marrakech y Andalucía, dos destinos con mucho embrujo, sin duda ninguna.

Las listas siguen y siguen. Merece la pena usarlas como brújula para 2014.

dilluns, 21 d’octubre del 2013

Palawan II: El Nido

Uno de los destinos que más crece en Filipinas es la remota población del El Nido, al norte de la alargada isla de Palawan, conocida por ser la úlima frontera de Filipinas. Diversos medios de comunicación occidentales, como The Guardian o la CNN han calificado sus playas no sólo como las mejores de Filipinas, sino de entre las mejores del mundo.

El nombre en castellano de esta localidad se debe a la gran cantidad de nidos de salanganas o vencejos de cueva que se amontonan en los peñascos de piedra caliza selváticos que conforman las paradisíacas playas del municipio. El Nido guarda su vida tradicional pero cada vez más cuenta con una población de turistas que se confunden con los nativos. Sigue siendo, por tanto, un pueblecito filipino más donde de vez en cuando aparece una pequeña pensión o un resort humilde. Su lejanía de todo es otro de los factores que  hace que conserve su caracter auténtico, mucho más que en Boracay, por ejemplo. Por avión, los billetes a El Nido desde Manila no suelen bajar de 100 euros y además hay pocos cada semana. Por barco son muchas horas y el precio no baja de 38 euros. Y por carretera, las 7 horas en coche o autobús que lo separan de la capital de Palawan, Puerto Princesa - donde volar por precios bajos - , unido a las carreteras de piedras y con muchas curvas también lo aislan bastante.

Sin embargo, su extraordinaria belleza y precios asequibles constituyen un imán para todo mochilero viajando por el Sudeste asiático que se precie, y por supuesto para todo aquel que viva o visite Filipinas. Sus playas e islas son tan impresionantes como Halong Bay o Pukhet, con la ventaja de tener precios mucho más bajos y estar libres del turismo masivo que hace perder el encanto a dichos lugares de Tailandia y Vietnam. Tal vez el único "pero" que impide a El Nido dar el salto a destino de categoria mundial es su enorme carencia de infraestructuras adecuadas. Por un lado las carreteras sigue siendo malas o inexistentes - aún hay muchos tramos de piedra y tierra -. Por otro lado, la carencia de un adecuado suministro eléctrico hace que la luz se corte todos los días desde las 6 am y no vuelve a funcionar hasta las 2 pm. Aunque tal vez, esto de más encanto aún al lugar y lo convierta en ese pueblo remoto en el que todos soñamos perdernos algún dia.

Personalmente he estado dos veces. La primera llegué en barco desde Corón, en el archipiélago de Busuanga, al norte de Palawan. Dicho barco fue insoportable, interminable y angustioso por el oleaje y las 8 horas allí metidos. Por eso nos permitimos el lujo de pagar un pequeño resort y zambullirnos en la piscina del del Four Seasons. No lo confudáis con la famosa cadena hotelera internacional, este es un hotel muy sencillo con la ventaja de la tranquilidad, su cercanía a la mejor playa del lugar y su buen desayuno. Además, tiene una bonita piscina en la playa. La desventaja es que para ir al pueblo dependíamos siempre de los tricycles, las típicas motos filipinas modificadas con una cabina anexa en la que caben todos los pasajeros que la imaginación quiera. Otra cosa es que estas moto-taxis aguanten todo ese peso en las empinadas cuestas de la zona.

Ese día cenamos en la tranquila playa del Nido, llena de restaurantes con música en directo cuyas mesas están en la misma arena. En Filipinas, las leyes de proyección de playas no existen por lo que las construcciones están literalmente encima de la arena de las playas.

Enormes antorchas estilo tiki iluminan los diferentes restaurantes, además de las velas con anti-mosquitos que hay en cada mesa. El Ric Son's fue nuestro restaurante favorito esos días, lugar donde tomar cócteles tan deliciosos como el daiquiri mango a solo un euro y medio durante la happy hour o donde degustar un auténtico pansit, es decir, spaghetti de pasta de arroz con verduras filipinas y carne o marisco a elegir. Se trata de un plato típicamente "chinoy" es decir, de los filipinos con miembros en su familia de origen chino. El Ric Son's también tiene unas pizzas de gran calidad por solo 3 euros o platos de pasta dignos de cualquier restaurante italiano medio. Y su sepia rellena de verduras asadas es exquisita. De postre nada mejor que un enorme pancake de banana o mango con un poco de sirope de chocolate. Aviso: con uno se pueden llenar tres personas.

Sin embargo, fue en mi segunda visita cuando realmente descubrí un poquito mejor el panorama gastronómico del pueblo. Y tengo que decir que, además de que los precios han subido ligeramente, que el mejor restaurante es Squido´s, no sólo por su servicio, sino por la excelencia de todos sus platos de calamar, ya sean los crujientes calamares a la romana, el calamar relleno, al curry y de muchas otras maneras. Al ser calamar del día siempre el sabor y la calidad están asegurados. Por cierto, sus chococrêpes son estupendos.

En ArtCafé también se encuentra buena comida - destacando la especialidad suiza del roti - y música agradable, con muchísimos viajeros allí. Muchas de las verduras y especias que utilizan son cultivadas en su huerto orgánico. Otro restaurante agradable es Altrove, con pizzas caseras al horno de leña y pasta decente. Atmosphere tiene buenos noodles, aunque el resto de sus platos asiáticos dejan bastante que desear. Por último, no puedo dejar de recomendar la Midtown Bakery, en el cruce de Real Street con Rizal Street: tienen un pan de coco recién hecho impresionante.  

El día siguiente de mi primera vez en El Nido lo consagramos a descansar en Las Cabañas o Marimegmeg, frente a la isla Depeldet, que según los locales es la mejor playa del Nido. Nos dijeron que estaba a pocos minutos a pie al sur de nuestro hotel, así que cogimos el pack básico del playero y nos fuimos por la arena rumbo a la playa soñada. Estaba mucho más lejos de lo previsto y lo mejor de todo fue tener que escalar un enorme conjunto de afiladas rocas que separaban algunas playas, ya que nadar por el mar era imposible con las cámaras de foto, toallas, ropa... etc. A la vuelta nos dimos cuenta que por un caminito a través de la selva, donde vimos carabaos (los bueyes filipinos) bañandose en barro y todo, se llegaba a la carreterita principal donde con un tricycle se tardaba cinco minutos en llegar. Pero bueno, la aventura mañanera en las rocas tuvo su punto.

El caso es que finalmente llegamos y valió la pena. Se trata de la típica playa de arena blanca con mar calmadísimo y cristalino, palmeras cocoteras a un lado, isla paradisíaca, altísima y rocosa cubierta de selva al otro. Allí pasamos la mañana, con baños, siestas al sol y sesión fotográfica incluida. Después de volver al Nido y comer, decidimos explorar su paseo marítimo, con la gran sorpresa de conocer playa Calaan con marea baja y observar sus águas totalmente quietas, por las que poder caminar y observar el fondo marino. Aunque lo más impresionante fue la puesta de sol, apreciando el rápido cambio de tonos de colores que va tomando el cielo, las nubes, el mar... en un espectáculo digno de parecer el último día en la Tierra. Por supuesto, a ambas playas volví la segunda vez.

Después del miércoles de relax, tocaba jueves de excursión. Así que volvimos a contratar un bangka que nos hizo un tour por las principales islas del archipiélago Bacuit, uno de los más bellos del mundo. Y como primera parada: playa Paradise, en la isla de Cadlao. Se trata de un lugar de catálogo. Típica playa muy pequeña de arena blanca con forma de media luna y cocoteros rodeada de enormes paredes de roca y selva y protegida del mar abierto por varias rocas en medio de la pequeñísima bahía que la forma, además de una gruta en uno de los extremos.

Siguiente parada: isla Miniloc, con sus lagos pequeño y grande, muy parecidos a los vistos en la isla Corón, pero impresionantes aún así. Y eso acompañado de un poco de buceo cerca de la playa Seven Commandos, con los empleados de la barca lanzando pan a los peces para poder hacer snorkel rodeado de un banco de peces cebra (blancos y negros). 

Tras una mañana tan activa, llega la hora de la comida, en pleno estrecho de Tapiutan, entre la isla homónima y la isla Matinloc. Allí, en una pequeña playa (sí, también paradisiaca) desembarcamos para comer. Los encargados del barco bajaron una mesa, vasos y cubiertos y una parrilla, y allí mismo nos prepararon trozos de pollo a la barbacoa deliciosos acompañados de ensalada de pepino y tomate y arroz, como no. Después de devorarlo todo sentados en troncos, volvimos a embarcar rumbo a Secret Beach a la que solo se puede acceder por un hoyo en medio del mar y de la afilada y enorme roca. Sin embargo, ese día había oleaje, lo que impidió, por motivos de seguridad, adentrarse en ella. Nos quedamos sin conocerla, siguiendo nuestro camino hacia nuevas playas y lagos. En mi segundo viaje a El Nido también me quedé con las ganas de descubrir la tal playa secreta, de nuevo por culpa del oleaje.También nos enseñaron algunos hoteles de lujo en playas desiertas. Desde el barco, por supuesto. Más tarde me enteré que ese era el tour A.

Los operadores ofrecen todos los mismos tours: A, B, C y D. Yo personalmente hice el A - dos veces y que recomiendo encarecidamente - y el C. Este lo hice en mi segundo viaje a El Nido y me gustó bastante, no sólo porque me permitió descubrir nuevas playas increíbles, sino también por tener la oportunidad de visitar una de las mayores rarezas del archipiélago Bacuit: el santuario de Mantiloc, o Mantiloc Shrine, dedicado al Sagrado Corazón de la Virgen María. La forma de corazón que tiene la parte norte de esta isla vista desde un helicóptero fue clave. En 1981, la visionaria religiosa Guadalupe Ting Yabes, milagrosamente curada de una enfermedad y que afirmaba escuchar a la Virgen desde los ocho años, no cesaba de decir que había un isla en forma de Sagrado Corazón al norte de Palawan. Por eso, allí, en mitad de la punta norte de la isla de Mantiloc, se construyó en 1982 un santuario abovedado de doce columnas con bancos y una estatua a Nuestra Señora.

Además del santuario y de un pequeño cementerio con varias cruces, hay un lujoso edificio de cinco alturas ahora abandonado que supuestamente iba a ser la residencia de sacerdotes y personas que desearan retiros espirituales. Sin embargo, la instalación cuenta no sólo con hueco para ascensor, sino con gigantescos cuartos de baño en los que hay jacuzzis y lujosas duchas instaladas, además de grandes armarios, camas y muebles de calidad. El edificio pasó a ser propiedad de un empresario que lo convirtió en un hotel de lujo. Sin embargo, se nota que fue abandonado precipitadamente y hace poco tiempo. Dicen que porque el dueño y algunos huéspedes vieron en repetidas ocasiones el fantasma de una bella mujer pululando por habitaciones y jardines. Da un poco de miedo. Según cálculos objetivos, el valor de la propiedad ascendería a 50 millones de dólares estadounidenses.

Sólo por tener la oportunidad de conocer esta curiosa construcción recomiendo encarecidamente hacer el tour C. Además, podréis hacer snorkel cerca de las paredes del estrecho de Taiputan, dónde están los mejores corales de la zona. Aunque he de decir que si lo que realmente buscáis es disfrutar de corales y peces, lo mejor es que paséis más tiempo en Corón y el archipiélago de Busuanga.

Por cierto, esta segunda vez nos alojamos en Rosanna´s Cottages, que está recién ampliado con un moderno edificio de dos plantas y una agradable recepción. Los cuartos no son excesivamente caros si evitáis el desayuno - vale la pena tomarlo en la calle -. Intentad pedir por todos los medios que os pongan en un cuarto mirando al mar. Los otros cuartos son algo incómodos.

Las dos veces que he vuelto de El Nido ha Puerto Princesa lo he tendio que hacer en furgoneta. Y la verdad es que el camino se hace interminable: la mayor parte del tiempo en carreteras de un solo sentido y sin asfaltar. Sumad a eso miles de curvas y una velocidad muy baja. Por eso recomiendo el autboús público, que utilicé para llegar la segunda vez que estuve. Sale cada dos horas desde la estación de autobuses de Puerto Princesa. Es más barato que las furgonetas y muchísimo más cómodo, aunque tarda una hora y media más aproximadamente.

dissabte, 28 de setembre del 2013

Los 15 lugares de Tony Wheeler

El Viajero, la revista de viajes del periódico EL PAÍS, cumple 15 años, y lo celebra con un número especial lleno de contenido interesante para todo aquél enamorado de conocer el mundo.

Uno de los reportajes que más me ha llamado la atención ha sido el que le han hecho a Tony Wheeler, fundador de la famosísima editorial Lonely Planet. En el reportaje le preguntan cuáles son los 15 lugares del mundo que más le han marcado en su carrera. Como os podéis imaginar, esta lista rezuma interés viniendo de alguien tan experto en esto de los viajes.

De esta lista (una más) sólo he tenido la suerte de conocer dos lugares: Cadaqués y Dublín. Y he de reconocer que ambos son maravillosos. De los otros, hay algunos lugares que están permanentemente en mi punto de mira, como hacerme el Transmongoliano (una sección del Transiberiano), Venecia o San Francisco. Y otros a los que no prestaba tanta atención pero que cada vez más gente me recomienda como Isfahán en Irán o Bagan en Myanmar. Veremos si hay suerte.


dijous, 26 de setembre del 2013

Descubriendo los Emiratos

Tras cuatro mesecitos en Ciudad de Panamá los vientos me trajeron a la península arábiga. Concretamente a las costas del golfo Pérsico, en los petroleros Emiratos Árabes Unidos. Trabajando desde mi oficina en la capital, la cosmopolita Abu Dhabi, observo como estas islas semidesérticas se desarrollan a un ritmo vertiginoso. En la foto que acabo de tomar desde mi oficina lo podéis ver.

No hace tanto calor como pensaba, los cielos son siempre azules y los días soleados, la gente es muy amable y apenas hay atascos. Los precios son asumibles, a pesar de la fama de lugar caro que tienen los Emiratos. La población local apenas alcanza el 20% de la población. El resto de los que andan por aquí son de la India, Pakistán, filipinos, occidentales de los más diversos orígenes... etc.

Situada a algo más de una hora por carretera de la famosísima Dubai, Abu Dhabi concentra el poder político de los Emiratos, así como la mayoría del poder económico, por tener casi todas las reservas de petróleo del país. Sin embargo, la capital ha sabido mantener algo la sobriedad y evitar el espectáculo y opulencia de Dubai, ciudad que pretendo visitar en breve. 

En Abu Dhabi se encuentra una de las mezquitas más grandes del mundo, así como el parque temático bajo techo de mayor extensión del planeta: el Ferrari World Park. Asimismo, aquí hay subsedes de varias de las universidades más prestigiosas del mundo, como la Université Paris-Sorbonne, de museos importantísimos, como el Louvre o el Guggenheim, o de hospitales de renombre, como la Cleveland Clinic.

Fue mi vuelo número 140, en la estupenda compañía Etihad, desde Whasington DC, el que me dejó en estas curiosas tierras. Atentos porque en breve empezaré a publicar las primeras entradas de todo lo que vaya visitando y conociendo por los EAU y alrededores. Me gustaría mucho hacer una escapadita a Omán, mucha gente coincide en la belleza y exotismo de ese sultanato. 

diumenge, 22 de setembre del 2013

De fiesta en... Ciudad de Panamá

Ciudad de Panamá tiene una fiesta decente, aunque tampoco espectacular. El escaso número de habitantes del país (algo más de tres millones) junto con otros factores hace que aquí no haya una gran fiesta, sobretodo fuera de viernes y sábados. Incluso los fines de semana, la fiesta empezará a decaer a partir de las tres de la noche. Sin embargo, a los que les guste salir podrán encontrar algunos lugares interesantes en esta cosmopolita ciudad.

La famosa calle Uruguay

Durante mi primer mes en Ciudad de Panamá, me alojé en el Hotel Manrey, en plena calle Uruguay, uno de los centros de la fiesta de la ciudad. O eso solía ser. De hecho, el Manrey tiene un roofbar llamado Cielo, con piscina, donde poder tomarse una copa disfrutando de las vistas de los rascacielos de la ciudad y las templadas noches panameñas. La música es bastante cool, estupenda para empezar la noche charlando tranquilamente.

Siguiendo en la calle Uruguay, otro de los lugares que se llena es Privé, una pequeña discoteca donde se pinchan los éxitos del momento y acude gente de todo tipo casi siempre menor de 35 años. La pequeña terraza exterior está muy bien para poder tomar algo, charlar y conocer a gente. Hay una mezcla de panameños de clase media-alta y extranjeros.

Los que gusten de jugar al billar americano y disfrutar de una buena pinta - incluso Guiness - tiene que dirigirse al Londoner Pub, en la misma calle Uruguay.

Área bancaria 

En Obarrio, una de las discotecas de referencia es Bling, el club del Hard Rock Hotel. Además de ser deslumbrantemente nueva es increíblemente bonita, con un diseño que sorprende.

Aquí acuden a bailar auténticas bellezas en una mezcla de ritmos latinos y de música del momento, con reaagetón, salsa, y por supuesto, algo de dance y fusión.

Tal vez los precios de las copas sean algo elevados en comparación con el resto del país pero sin duda es uno de los lugares del momento. Los jueves también tiene buena fiesta por lo que es una interesante alternativa para este día.

Tampoco os podéis perder Bits, el estupendo lounge en el último piso también del Hard Rock Hotel, con una vista de 360 grados de toda la ciudad y cuatro gigantescos espacios decorados a la última y con un servicio estupendo. Para bailar, charlar o disfrutar de las panorámicas. El DJ pincha música para todos los gustos.

Enfrente, en Paitilla, se encuentra uno de los clubs LGTB de referencia de la ciudad: Distinción. Normalmente se llena los sábados. Ofrece los típicos shows de travestis que toda discoteca de este tipo tiene, aunque a lo latino. Combinan música latina con música del momento y camareros sirviendo sin camisa.

El nuevo club en el panorama panameño es Bellini, situado en una calle perpendicular a la Vía España. Este espacio entra fuerte, con varias salas teniendo en la principal una piscina donde muchos acaban la noche. La música es más variada que en otros lugares así como su público. De hecho, esta diversidad ha llevado al club a ofrecer la primera gran noche LGTB de la ciudad los miércoles: Tabu, que poquito a poco va despegando, enfrentando la poca tradición que tiene esta ciudad de salir entre semana.

El Cangrejo

Otra zona tradicionalmente de bares es el Cangrejo, uno de los barrios donde más turistas y extranjeros hay debido en parte por la presencia del Hotel Casino Veneto (a evitar, está lleno de prostitutas y gringos borrachos) o por apartamentos bonitos a precios asumibles. Uno de los locales más recomendables para tomar algo y charlar antes de salir a bailar es La Rana Dorada, muy conocido por estar frente a la cabeza de Einstein. Los amantes de la cerveza disfrutarán aquí puesto que tienen cuatro tipos de cerveza casera. Nada más llegar os darán chupitos de cada cerveza para probar. Aunque si no queréis cerveza también venden otro tipo de bebidas. Hay otra sede de La Rana Dorada en Casco Viejo.

En el Cangrejo también se encuentra el Istmo Brew Pub, un local con billar, buena cerveza y perfecto para una noche más relajada de charla entre amigos. Vende buenos platos caseros de comida latina a precios dignos, siendo muy recomendables los patacones cubiertos o los burritos.


El centro de la noche panameña: Casco Viejo

Muchos clubs y bares están abriendo ahora en el Casco Viejo, cada vez más de moda debido a su exitosa restauración. Allí me alojé mi segundo mes en Ciudad de Panamá, concretamente en el estupendo Hotel Tántalo, que cuenta con otro de los mejores roofbar del país. Con estupendas vistas al Casco Viejo, pero también al espectacular skyline de Ciudad de Panamá, aquí se reúnen mayoritariamente expatriados de 25 para arriba, normalmente más para arriba. Suele llenarse mucho por lo que es difícil moverse entre la multitud. Es una terraza para estar de pie. Está bastante de moda por lo que es recomendable llegar antes de las once de la noche. Las noches de los jueves, viernes y sábados, la terraza del Tántalo es perfecta para salir de fiesta.

Otro de los lugares más populares es Relic. Sin ningún cartel que lo anuncie, este lounge cuenta también con una amplia terraza rodeada de plantas donde se junta todo tipo de gente: desde chicas "ye-ye" (pijas en panameño) con taconazos hasta gringos en pantalón corto y chanclas. La entrada es a través de la calle novena. Tragos y botellas a buen precio, un lugar excelente para charlar entre trago y trago durante las agradables noches panameñas rodeados de viejas paredes, en el pario de una histórica casona. Tiene una zona interior que recuperaron al restaurar una vieja bodega.

Otro buen roofbar del Casco es el Barlovento, decorado con mucho gusto. Esta terraza es más bien para estar sentado, charlar y tomarse algo. Es un lugar mayoritariamente de gente bien y guapa y de mucha más edad que el Tántalo, aunque también hay jóvenes de vez en cuando. Las vistas sobre diversos edifcios art-déco y modernistas así como de la bella iglesia de la Merced hacen que esta terraza sea también un must de la noche cool panameña.

Pero el lugar más de moda y que abrió hará unos meses es el Teatro Amador. Un antiguo teatro cerca de la Avenida Central ahora reconvertido en uno de los clubs del momento.

La música electrónica y dance más moderna combinada con algunos clásicos siempre remezclados por el DJ hace de este lugar punto de encuentro del público más moderno de la ciudad. Hay dos pisos. En donde estaba antes el escenario se encuentra el DJ, con una gran pantalla trasera que proyecta imágenes de colores. Algunas noches tienen DJs invitados de Holanda, Reino Unido y otros. En esos casos el precio de la entrada se duplica.

Otro lugar que siempre está lleno de hipsters y modernos es Espacio Panamá, en el interior de un solar donde solo quedan las fachadas en ruinas de un viejo edificio de Casco Viejo, en la esquina de la avenida B. Una mezcla de panameños y extranjeros jóvenes alrededor de un DJ y muchas veces de una vocalista house también, convierten a este lugar en una de las mejores fiestas de la ciudad donde la gente sí baila. Mezcla de públicos con gran presencia LGTB siendo el ambiente en general muy abierto y tolerante.


La periferia

En El Dorado, un barrio al interior, hay otros clubs de referencia para la comunidad LGTB pero de menor "rango" que Distinción en cuanto al público que acude. El más importante es Icon, decorado con gigantescas banderas del arco iris y con una gran sala central con dos barras donde pedir. La música es mucho mejor que en otros locales de este tipo aunque el público es, cuanto menos, curioso. En la parte de arriba hay otro club más pequeño llamado Planet, con un poquito más de categoria, en el que acudir con el grupo de amigos.

Cerca se encuentra Scape, también con camareros descamisados pero música algo más electro y house que la de Distinción, aunque no tanto como en Icon. Originalmente un club para lesbianas, cuenta con dos pisos y combina un público mixto de mujeres y hombres, predominando estos últimos. Suele llenarse los sábados.

Las chivas

Además de todos los bares y clubs que he mencionado, no puedo dejar de explicar una de las maneras más panameñas de empezar la noche: alquilar una chiva con amigos. Las chivas son diablos rojos - antiguos autbuses escolares estadounidenses que se convirtieron en Panamá en autbuses de línea - pero transformados, con barras y cuerdas por dentro, un DJ y un pequeño bar que ofrece barra libre durante las dos horas que dura la fiesta. Por supuesto, cuentan con un excelente equipo de sonido y por fuera van decoradas con barras de colores fluorescentes. Las mejores cuentan incluso con aire acondicionado. A la que yo subí hizo el recorrido despacito por toda Cinta Costera hasta Albrook y luego volvió al punto de salida. Es una experiencia divertidísima a hacer entre amigos. Importante tener en cuenta que hay diferentes tipos de chivas. Una de las más tradicionales es la chiva pachanguera, que incluye una murga - grupo de música panameño tocando en directo en su interior. - También hay chivas de la espuma, que incluyen fiesta de la espuma en su interior.

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Después de tanta fiesta y bailoteo, y, seguramente, habernos tomado un trago de más, lo mejor es imitar a muchos panameños y dirigirnos a Las Hadas, dentro del Hotel Sheraton, una cafetería abierta las 24 horas, donde pedir desde nachos y salmón al grill, hasta tartas de diferentes sabores, sandwiches y zumos de frutas naturales. Todo un clásico para no irse a domir con el estómago vacío y mitigar la posible resaca del día siguiente.

dissabte, 7 de setembre del 2013

Excursiones desde Ciudad de Panamá

Desde Ciudad de Panamá hay varias excursiones que podremos hacer en el mismo día para conocer mejor esta pequeña república centroamericana y de paso aprovechar los fines de semana si es que estamos trabajando, como al menos es mi caso.

Todo empieza por el Canal

Sin duda, la excursión más popular es acudir al famoso Canal de Panamá, especialmente al mirador de la esclusa de Miraflores. El Canal es la infraestructura que determinó a Panamá como país independiente de Colombia y que lo hizo famoso en todo el mundo. Y de sus derechos de paso la pequeña República obtiene millones de dólares con los que financia su crecimiento. En un corto trayecto en coche o en algún bus turístico llegaremos al centro de visitantes de Miraflores, que incluye un pequeño museo y restaurante. En el mirador podremos observar el juegos de esclusas más famoso del canal, el último que atraviesan los buques antes de llegar al puerto de Balboa, el el Pacífico.

Es impresionante como los gigantescos barcos esperan por turnos mientras las esclusas se van llenando y vaciando de agua en pocos minutos. Como las zonas de paso de los barcos son tan estrechas, varios trenecitos enganchan los barcos a través de fuertes cintas metálicas para mover sincronizadamente a cada buque y evitar cualquier choque que pudiera dañar el casco del barco o a la propia esclusa. Es toda una maravilla de la ingeniería.

Otra de las esclusas, menos frecuentada por turistas al estar más cerca de la ciudad de Colón que de Ciudad de Panamá son las de Gatún. Lo bueno de estas es que se ven los barcos de muchísimo más de cerca que en las de Miraflores y además, se puede cruzar el canal en coche apreciando muy cerca las gigantescas moles de acero. Gatún es recomendable para auténticos amantes de esta obra de ingeniería o para los que se dirijan a visitar el precioso fuerte de San Lorenzo, a unos veinte minutos de la ciudad de Colón.

Los fuertes españoles del Caribe patrimonio de la UNESCO

El fuerte de San Lorenzo, patrimonio de la Humanidad, se encuentra al final de una carretera que atraviesa un denso parque nacional. Lo construyó el antiguo Imperio español para proteger la desembocadura del caudaloso río Chagres, ya que por él intentaron incursionar varios piratas para atacar la antaño rica ciudad de Portobelo. Además de apreciar la solidez arquitectónica con la que se construyó este fuerte del mar Caribe, podremos disfrutar del precioso paisaje, especialmente de la desembocadura del Chagres. Es una excursión que sólo se puede hacer en coche, ya sea alquilado, con amigos o en tour. La inmensidad de la naturaleza y el estado salvaje en el que se encuentra el fuerte lo hacen perfecto para desconectar un poco de la ciudad.

La Zona Libre de Colón

Si habéis decidido visitar San Lorenzo y las esclusas de Gatún, aprovechad que os pilla de paso y entrad a la Zona Libre de Colón. Eso sí, si tenéis coche particular, los taxis no están autorizados. Llevad vuestro pasaporte y si algún guardia os pone problemas... sugiero utilizar algún método poco ortodoxo. Si tenéis paciencia y buscáis bien, encontraréis artículos realmente baratos, y todos originales, ya sea ropa, gafas de sol y sobretodo, perfumes. Baratísimo. No compréis mucho porque al salir revisan también y os podrían intentar cargar el impuesto.

Seguimos con los fuertes caribeños

Portobelo es otra de las excursiones posibles desde la ciudad. Para los que tengáis coche es bastante sencillo y rápido llegar. En cambio, para os que optéis por el transporte público, he aquí como llegar: desde la Terminal en Albrook tomad cualquier bus que se dirija a Colón pero recordando que tenéis que bajaros antes en Sabanitas. Una vez allí, hay que tomar un "diablo rojo" (antiguos autobuses escolares estadounidenses redecorados pintorescamente) frente al supermercado El Rey que tras 45 minutos os dejará finalmente en el pueblecito de Portobelo.

El pueblo en sí no es especialmente bonito. Sin embargo, hay diversas fortificaciones que llevaron a la UNESCO a declarar este lugar Patrimonio de la Humanidad. Fue Cristóbal Colón, en su cuarto viaje de 1502, que bautizó este puerto natural como Porto Bello, sorprendido por su belleza y la seguridad que ofrecía a las carabelas.

Portobelo fue uno de los puertos más importantes desde los que salía plata hacia Sevilla y una de las ciudades clave de la América colonial española. Sus ferias eran famosísimas y a veces duraban hasta 40 días. El comercio de esclavos africanos eran también numeroso. Debido a este abundante comercio de plata y otros metales preciosos así como de todo tipo de mercancías, se decidió fortificar la ciudad. Tal acumulación de riquezas atraía a los piratas ingleses del Caribe y había que defenderse.

De hecho, el famoso Francis Drake murió en la bahía de Portobelo de fiebre. William Parker saqueó la ciudad en 1601. Y el temido Sir Henry Morgan asestó un golpe durísimo a la rica ciudad cuando, acompañado de nueve barcos cargados con medio millar de hombres, saqueó, violó, torturó y asesinó a centenares de españoles en Portobelo. A partir de mediados del siglo XVIII Portobelo entró en decandencia.

Ahora mismo, quedan los restos de los fuertes, el de San Jerónimo, que destaca por su larga fila de sus cañones y sus bellas vistas tanto de la bahía como de la Aduana. Este último edificio es una buena muestra del estilo renacentista colonial español. Aquí estaban las principales oficinas gubernamentales de la ciudad. Tras diversos bombardeos el edificio quedó en semi ruinas hasta ahora que se ha restaurado y contiene un museo con diversos objetos históricos.

El otro fuerte a visitar es el de Santiago de la Gloria, a los pies del ya casi desparecido castillo de San Felipe. Aquí se conservan más cañones y la estructura defensiva de la infraestructura militar.

Además de los fuertes y la Aduana, es recomendable visitar la iglesia de San Felipe, en la que se encuentra el famoso Cristo Negro, muy seguido tanto en Panamá como internacionalmente. La historia de esta figura es bien conocida: un barco con destino a Cartagena de Indias hacía escala en Portobelo y no podía zarpar de nuevo debido al mal tiempo durante numerosos días. Al final, fue cuando bajaron la estatua del Cristo Negro que finalmente pudieron zarpar, por lo que los fieles consideran que el Cristo deseaba quedarse en Portobelo.

Portobelo actualmente apenas cuenta con 2000 habitantes, es casi una aldea. Sin embargo, se respira ese pasado glorioso tanto en sus edificios como en algunos detalles que se observan en sus calles. Vale la pena acercarse unas horas hasta aquí y disfrutar tanto de los restos históricos como del bellísimo paisaje de su bahía.

Playas cerca de la ciudad

Respecto a playas cerca de la ciudad podremos elegir entre las del Pacífico, con fuertes olas y arenas más oscuras, o las del Caribe, de arenas blancas y aguas calmadas y prístinas. Para las primeras, los surfistas amarán las cercanas a San Carlos, a una hora y media más o menos de la ciudad. Una de las que pude disfrutar fue de El Palmar, una playa de olas gigantescas que te arrastran hacia dentro del mar para tras unos segundos expulsarte con fuerza hacia la orilla. Si no tenéis cuidado acabaréis raspadísimos por la arena y las piedras o revolcados por alguna ola. Estas alcanzan varios metros de altura, es impresionante cuando te suben hasta arriba y ves la playa tan abajo. Las arenas medio negras medio oscuras brillan de noche.

Respecto a las playas del Caribe cercanas, los más madrugadores podrá pasar un día en las paradisíacas islas de San Blas, aunque como ya expliqué en mi entrada, creo que es bastante recomendable quedarse a pasar la noche allí. Iré actualizando


Escapadas a las montañas

Los que gusten de algo más rural pueden dirigirse al Valle de Antón. Tomad la carretera en dirección a San Carlos y una vez allí girad hacia en interior cuando las señales del Valle aparezcan. Es un lugar estupendo para pasar un fin de semana en el silencio de la naturaleza, rodeados de verde y pasear por su mercado de frutas y verduras o disfrutar de las cascadas y aguas termales a las que no pude ir.

También se puede apreciar a la famosa "India dormida", una figura que hace la cordillera montañosa que rodea este precioso valle. Para alojamiento, lo mejor es alquilar alguna de las magníficas casas que se pagan por noche ocupada y salen muy bien de precio.

Otra escapada cercana es Cerro Azul, a algo más de media hora de la ciudad. Estas montañas son perfectas para pasar un finde en naturaleza, pasear por bosques, ríos, cascadas y lagos, disfrutar del fresquito y poder ver una panorámica estupenda de Ciduad de Panamá desde las montañas.

dissabte, 31 d’agost del 2013

Mediterráneamente

Estamos ya a 31 de agosto y por primera vez en mi vida he pasado un verano (para mi el verano es junio, julio y agosto) lejos del mar Mediterráneo. Ese mar que tiene una luz que en ningún lugar hay. Con unos olores únicos, a pino y a las diferentes hierbas aromáticas de sus montes y dunas. Con ciudades tan bellas como Valencia, Barcelona, Marsella, Niza, Roma, Nápoles, Atenas o Estambul. Con islas tan paradisíacas como Formentera, Menorca, Cerdeña o las míticas islas griegas. Y con pueblos tan mágicos como Peníscola, Cadaqués o Saint-Tropez.

El mundo de la publicidad ha explotado y seguirá explotando la magia mediterránea pero sin duda, una de las campañas publicitarias que todos esperamos anualmente es la de la cerveza Estrella Damm y su "mediterráneamente" que muestras escenas de diferentes veranos en puntos mediterráneos diversos de Catalunya y las islas Baleares. El mejor para mí, sin duda el de Formentera:



En este blog he dedicado muchas entradas a lugares bañados por el Mediterráneo, mar bautizado por los antiguos romanos porque consideraban que era el que está en mitad del planeta Tierra. Y en cierta manera, en este mar tan relajado y pueblerino pero a la vez tan cosmopolita y conectado al mundo, sea donde se han cruzado tantas y tantas culturas, diferentes pero próximas a la vez. Con su gastronomía, tan renombrada en el mundo no sólo por su sabor y gigantesca variedad sino por lo sana que es. 

Como estoy melancólico por no haber podido disfrutar de su arena, sabores, olores, gentes, calles y sobretodo, su increíble luz, al menos os dejo aquí las entradas que he publicado de lugares bañados por el mar más bonito del mundo. 

                    Valencia I    -  Valencia II    -    Ibiza     -    Costa Brava     -  Estambul

Y para los despistados, todo lo que hay que saber sobre uno de los platos más famosos de la dieta mediterránea: la paella valenciana.

No se puede cerrar este post sin una de las canciones que siempre consigue emocionarme...


Quizá porque mi niñez

sigue jugando en tu playa,
y escondido tras las cañas



duerme mi primer amor,
llevo tu luz y tu olor
por donde quiera que vaya,



y amontonado en tu arena
guardo amor, juegos y penas.



Yo,



que en la piel tengo el sabor
amargo del llanto eterno,
que han vertido en ti cien pueblos



de Algeciras a Estambul,
para que pintes de azul
sus largas noches de invierno.



A fuerza de desventuras,
tu alma es profunda y oscura.



A tus atardeceres rojos
se acostumbraron mis ojos
como el recodo al camino...



Soy cantor, soy embustero,
me gusta el juego y el vino,
Tengo alma de marinero...



¿Qué le voy a hacer, si yo
nací en el Mediterráneo?



Y te acercas, y te vas
después de besar mi aldea.
Jugando con la marea



te vas, pensando en volver.
Eres como una mujer
perfumadita de brea



que se añora y que se quiere
que se conoce y se teme.



Ay...



si un día para mi mal
viene a buscarme la parca.
Empujad al mar mi barca



con un levante otoñal
y dejad que el temporal
desguace sus alas blancas.



Y a mí enterradme sin duelo
entre la playa y el cielo...



En la ladera de un monte,
más alto que el horizonte.
Quiero tener buena vista.



Mi cuerpo será camino,
le daré verde a los pinos
y amarillo a la genista...



Cerca del mar. Porque yo
nací en el Mediterráneo...