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dissabte, 7 de gener del 2017

Montenegro

Acabé 2016 en Montenegro. Consecuentemente, allí también empecé este 2017, el más incierto de toda mi vida. De lejos. Y lo empecé en una de las ciudades más insulsas que jamás visité: Podgorica. Sin embargo, esta ciudad es capital del país con una de las costas que más me han impresionado en el mundo: de Stevi Stefan a Budva, pasando por Kotor, Montenegro cuenta con un impresionante litoral de pueblos amurallados de calles estrechas y casas de piedra blanca con tejados de color rojo.

Desde Milán, aterrizamos en el minúsculo aeropuerto de la capital y tras un sencillo trámite de frontera de menos de dos minutos entré en el minúsculo país balcánico. Montenegro llevaba en mi radar varios años. Son muchos los viajeros que ya saben que para evitar las masas de turistas que ya han invadido Croacia, Montenegro es la alternativa menos cara y más auténtica. Por desgracia, la belleza del litoral montenegrino es ya un secreto a voces y este año son más.

Lo primero que hicimos fue conducir hasta el lago Skadar, precioso, que comparten Montenegro y Albania. Tras pasear por sus orillas, continuamos el resto del último día del año haciendo brunch comiendo prsut, que es una especie de jamón serrano delicioso, de una sabor ligeramente ahumado, más parecido al prosciutto italiano pero de mejor calidad. También probamos distintas variedades de quesos locales así como un surtido de carnes. De postre no nos resistimos a un trozo de pastel Moskva con bizcocho, nata espesa y frutas, inventado en el famoso Hotel Moskva de Belgrado. Después dimos una vuelta por el desangelado centro de la ciudad de la antigua Titogrado, ciudad favorita del dirigente de la extinta Yugoslavia. Recorrimos los bulevares Stanka Dragojevica y Svetog Petra Cetinskog, donde están los insulsos edificios del parlamento y varios ministerios. Sin duda, la calle más moderna de la ciudad era la Slobode, donde pasear y ver escaparates de tiendas mayoritariamente locales. Las marcas extranjeras escasean en una ciudad que parece semi desconectada de la globalización, excepto por el hotel Hilton en uno de los bulevares. Una de las pocas calles bonitas es Bokeska, al lado del parlamento, con pequeñas casitas de colores y pubs en sus bajos. A pesar de su minúsculo tamaño (la población total del país apenas supera el medio millón de personas) los montenegrinos están muy orgullosos de sus diez años de independencia, tras romper en 2006 su asociación con los serbios. Es en este país en el que se basó Hergé cuando escribió uno de mis cómics favoritos de Tintin: el cetro de Ottokar, basado en un pequeño reino balcánico amenazado por una expansionista y dictatorial república balcánica, ambas de nombres inventados.

Esa noche celebramos la Nochevieja en una sala de la ciudad donde una orquesta cantaba turbo-folk, un tipo de música local que es también muy popular en Serbia y Bosnia-Herzegovia. Este género musical mezcla música oriental con ritmos pop, folk y electro, mezclando ritmos electrónicos y rápidas melodías modernas con instrumentos tradicionales. Es entretenido al principio, pero al cabo de unas horas se nos hizo extremadamente pesado, aún con la ayuda de la rakija, un licor local muy bueno y el estupendo vino montenegrino.  

Al día siguiente, Año Nuevo, nos desplazamos a la costa, empezando por Sveti Stefan, playa e islote bellísimos. La antigua aldea amurallada de pescadores de la mini-península está ahora en régimen de concesión a una cadena de hoteles de lujo que ha reformado las casitas en 50 habitaciones y sirve el desayuno en mesas y sillas que ocupan la antigua plaza mayor frente a la iglesia. Lamentablemente, el acceso para no huéspedes solo es posible con guía, así que nos limitamos a admirar su belleza desde lejos. La playa cuenta con posibilidad de acceso en verano por 100 euros por persona. Como estábamos en invierno pudimos pasear gratis. Sveti Stefan se convirtió en los años 60 en uno de los destinos favoritos de las estrellas de Hollywood que buscaban relax y anonimato y desde entonces Montenegro es uno de los destinos favoritos de los multimillonarios. Y se nota.

Seguimos hacia Budva, una ciudad cuyo bello centro histórico, también situado en una península, es totalmente de estilo veneciano, ya que por largos años perteneció a la Serenísima República de Venecia. Aparcamos por los barrios nuevos, llenos de altos y modernos edificios y colapsadas calles hasta cruzar una de las puertas de la muralla, presidida por el escudo veneciano, con el león de San Marcos bien visible. Se considera a Budva capital turística de Montenegro, y su vida nocturna es más bien famosa. La playa del Stari Grad (centro histórico) es una pasada. Y pasear por sus callecitas aún más, aunque la lástima es que casi todos los bajos están hoy ocupados por tiendas de souvenirs o restaurantes. El espíritu original de pueblo de pescadores se ha perdido por completo, algo que logró mantener, a su manera, St. Tropez. Una lástima para Budva. Aún así, guarda la magia de pequeño pueblo con muchísimos rincones y placitas que llenaran vuestra cámara de fotos inolvidables. En la plaza más alta, justo al lado del fuerte, conviven la catedral católica de San Iván, la iglesia ortodoxa de la Santísima Trinidad y la pequeñita de Santa María de Punta. Pasear por sus murallas y disfrutar de las maravillosas vistas del mar y de la montañosa costa no tiene precio. Tras disfrutar de la puesta de sol tomando algo en uno de los abarrotados cafés a los pies de la antigua muralla, enfilamos hacia Porto Montenegro.

Situado en la bahía de Kotor, uno de los mayores fiordos naturales del sur de Europa, esta exclusiva marina tenía varios super yates amarrados en el momento de nuestra visita. Acababa de anochecer y las aguas de la bahía estaban tan tranquilas como las de un estanque de jardín. Porto Montenegro es parcialmente propiedad de Bernard Arnault y de la familia Rothschild. Su paseo marítimo estaba impecable, limpio con una patena, iluminado por modernas farolas y jalonado de perfectas palmeras. Los lujosos edificios de apartamentos tenían modernos restaurantes y tiendas en sus bajos. Era como estar en otro país.

Seguimos hacia el último punto de nuestra parada: la magnífica villa de Kotor. Situada en un puerto natural del Adriático, y justo a los pies de una altísima montaña, fue un importante centro comercial de la Edad Media, que acogió afamadas escuelas de albañilería y pintura de iconos. Dentro de sus murallas de 20 metro de altura, la población alberga cuatro iglesias románicas además de varias plazas de gran belleza. La ciudad se fortificó en el siglo XV para defenderse de los ataques del Imperio Otomano. Nos perdimos por su amalgama de calles y elegantes plazas, todas de estilo veneciano, ya que este reino italiano ejerció aquí más de cuatro siglos de influencia. Era ya noche cerrada y el castillo, situado justo encima, lucía iluminado cuál halo sagrado de la ciudad. Sus calles empedradas son tan hermosas que la UNESCO declaró la ciudad y su comarca como Patrimonio de la Humanidad. A la belleza habitual de Kotor se le unía una profusa decoración navideña, con árboles, iluminación y otros elementos que aún hacían más mágico el paseo nocturno.

Cenamos en uno de los restaurantes de Kotor, situado en un antiguo local medieval, donde pedimos un delicioso arroz negro al modo italiano de risotto y una sepia a la parrilla rellena de una masa de verduras con ajos y pimientos, acompañada de blitva, la tradicional guarnición montenegrina de acelgas con patatas hervidas muy jugosas sazonadas por aceite de oliva y ajo. Todo bien regado por un fresquito vino blanco local. Acabamos nuestra visita a la ciudad topándonos por casualidad con un pequeño concierto al aire libre de Perper, una banda montenegrina de rock y jazz, de cuyo directo disfrutamos mientras bebíamos un rico licor del miel local.

La visita al país acabó con el monasterio de Ostrog al día siguiente, uno de los lugares más sagrados de la Iglesia Ortodoxa Serbia. Situado en una enorme roca vertical, este es el lugar de peregrinaje por excelencia de Montenegro. Se supone que uno aparca a los pies de la montaña, en una pequeña iglesia, y desde ahí realiza la subida de 3 kilómetros al monasterio para purificarse. Nosotros, como no teníamos tanto tiempo, aparcamos justo en la cima, para visitar su interior. Hicimos la fila para entrar a la minúscula iglesia de la Presentación, con toda la roca cubierta de frescos e iconos, y besar la cruz que sostiene un sacerdote, así como rezar una pequeña oración a los restos de San Basilio de Ostrog. Este santo del siglo XVII fue un arzobispo de la Iglesia Ortodoxa Serbia que tuvo la suerte de tener a su disposición una pequeña biblioteca durante su infancia. Siguió los estudios de teología, gustándole mucho pasar largas estancias en pequeñas celdas monásticas cavadas en las rocosas montañas. Tras su muerte, se le encerró en una de las rocosas celdas del monasterio de Ostrog, ahora mini iglesia de la Presentación, donde aún se guarda su cuerpo, envuelto en una manta. Al lugar peregrinan miles de ortodoxos pero también católicos y musulmanes. San Basilio de Ostrog es conocido por obrar frecuentes milagros, especialmente en la cura de niños enfermos que pasan una noche en el monasterio. Tras la visita, bajamos por las acentuadas curvas de la empinada carretera y paramos un segundo a comprar deliciosa miel orgánica a un vendedor local.

Montenegro es una pequeña joya a la que quise volver en verano. Y volví, dos años después. En junio de 2019 se casaban mis amigos Nina y Andrea en la bellísima iglesia de Nuestra Señora de las Rocas situada en una minúscula isla de la bahía de Kotor, una zona que no pude conocer en mi primera visita al pequeño país balcánico.

Me enamoró su costa, la que Lord Byron describió como el más bello encuentro entre la tierra y el mar. Aproveché para empezar a descubrir la bahía por el bello pueblo de Herceg Novi, o Nuevo Duque en serbocroata. Antiguamente Castelnuovo, fue ocupada por los tercios del emperador Carlos V en el siglo XVI para frenar la expansión otomana en el Mediterráneo y fue controlada también por venecianos, rusos, austriacos, franceses e italianos. Su posición de control de la entrada de l bahía de Kotor la convirtió en estratégica. Actualmente ciudad montenegrina, su casco histórico atrae a decenas de visitantes. La pequeña ciudad es un balcón al mar, construida en las laderas de un monte. Vale la pena recorrer sus placitas y calles estrechas, con la torre almenada del reloj o las iglesias del Arcángel San Miguel (ortodoxa) o de San Jerónimo (católica), con terrazas apacibles aquí y allá. Pero sobretodo, las vistas desde su fortaleza son espectaculares.

Es cierto que las playas por este lado de Montenegro no son las mejores, pero los restaurantes lo compensan  construyendo confortables muelles en los que poder broncearse después de un chapuzón en las cristalinas aguas de la bahía.

Vale la pena visitar la bellísima población de Perast y también admirarla desde lejos, especialmente si tomamos un bote para descubrir la iglesia de Nuestra Señora de las Rocas, donde se casaron mis amigos. Vale la pena visitar esta isla y su iglesia, cuya historia es cuanto menos, curiosa. La isla es artificial y se creó a partir de una promesa hecha a la Virgen por los pescadores locales tras encontrar un icono de la Virgen y el Niño en una roca de la bahía el 22 de julio de 1452. Tras cada viaje al mar exitoso, lanzaban una roca junto a la roca original en la que encontraron el icono, y poco a poco se fue formando una isla artificial. Aún hoy, todos los 22 de julio, los habitantes de Perast acuden a lanzar una roca desde la isla, aumentando progresivamente el tamaño de la misma. Dentro de la iglesia es famoso su tapiz bordado por Jacinta Kunic-Mijovic, aristócrata de Perast, que tardó 25 años en acabarlo, mientras esperaba a su amado que nunca regresó. Además de utilizar oro y plata en el bordado, el tapiz es famoso porque la artista incluyó su propio cabello en el mismo. No hace falta decir que la ceremonia fue preciosa.

Finalmente, también tuve la oportunidad de volver a pasear por las calles de Kotor, esta vez con luz de sol, y la ciudad es simplemente espectacular. Las murallas medievales se encuentran en su estado original, y rodean la ciudad tanto por mar como un buen trozo de montaña, creando un aspecto de triángulo gigante de jardines colgantes a lo largo de la montaña anexa. Tras tomarnos un helado en su animada plaza de armas, volvimos a callejear descubriendo sus decenas de palacios e iglesias, con sus calles mucho más animadas que aquella noche del primero de enero de 2017. Su pasado veneciano se refleja en los palacios barrocos y el León de San Marcos esculpido por todo lado. Me encantó el relajado ambiente del Kotor Bazaar, ahora mercadillo de souvenirs pero antiguo claustro del monasterio de los Dominicos. Me gustó mucho Dubrovnik si, pero Kotor es muchísimo más bella y sin las aglomeraciones que acaban por destrozar el encanto por la ciudad croata. Kotor la visitamos el día antes de la boda, y esa noche nos invitaron a un buffet informal en un restaurante a la orilla de la bahía, frente a Kotor, donde degustamos el famoso njeguski (una especie de prosciutto ahumado con madera de haya y desecado por un año), además de los cevapi, las salchichas balcánicas, deliciosas. Y todo ello con la salsa ajvar, a base de pimientos rojos, berenjena, ajo, aceite y pimienta.

Esta vez llegué a Montenegro través del cercano aeropuerto de Dubrovnik, pero también podéis utilizar el aeropuerto de Tivat si venís desde Belgrado o Moscú, o el de Podgorica, donde llegan muchas aerolíneas low cost de toda Europa.

Ahora me queda volver otro verano para vivir la experiencia de disfrutar del ambiente de Budva una fresca noche de verano tras un día en las playas de aguas cristalinas. Seguro que debe ser una experiencia única. En cualquier caso, si estáis pensando ir a Croacia de vacaciones, pensad dos veces en descubrir mejor el pequeño país de Montenegro, con menos turistas y de una belleza incomparable. 

dimecres, 14 de setembre del 2016

Okinawa Honto


El Ritz-Carlton Okinawa

El fin de semana pasado, por motivos de trabajo, tuve la suerte de desplazarme hasta Okinawa, la prefectura más meridional de Japón. De paso, aprovechamos para quedarnos el fin de semana y descubrir un poco de este inusual Japón tropical. Como teníamos poco tiempo y parecía que el domingo iba a llover, decidimos quedarnos en Okinawa-honto, la isla principal del archipiélago.

El viernes amaneció lluvioso así que nos refugiamos en el agradable Gusuku, uno de los restaurantes del Ritz-Carlton Okinawa, que ofrece menús de mediodía a muy buen precio para saborear la gastronomía local. Decorado con soplados de vidrio azul típicos del archipiélago y con forma de cabaña gigante, cada detalle del local está perfectamente medido. Hasta los reposa palillos son de coral. La música ambiental es la okinawense sanshin, que suena con una especie de guitarra de tres cuerdas con piel de serpiente. El menú del día incluía un bol enorme de soba de Okinawa, unos gruesos fideos de harina de trigo en caldo con konbu (un tipo de alga), katsuobushi (unos copos de bonito deshidratado), rodajas de tripa de cerdo, cebollino picado, costillas de cerdo deshuesadas, jengibre encurtido y rodajas de kamaboko (una especie de pastel de pescado). También venía un cuenco de arroz orgánico local cocinado con verduras de las islas, umi-budo (unas algas en forma de bolitas transparentes) y un cuenco de alubias.


Manza Beach

Cuando acabamos el trabajo, dimos un paseo por la bella Manza Beach, una especie de pequeña lengua de tierra que se adentra al mar de la China oriental. Llegamos al final, al curioso resort ANA Intercontinental Manza Beach, con forma de crucero y que por dentro parece una sesentera nave espacial. En el lounge del último piso hay unas excelentes vistas del atardecer que nos dejaron con la boca abierta. También son muy bonitas las vistas desde el lado contrario, con la blanca capilla del hotel en contraste con el mar de color rosado. Las bodas en los diferentes resorts que salpican la isla principal de Okinawa son muy populares entre los japoneses. Acabamos tomando algunas deliciosidades locales más para cenar en el teppanyaki del hotel, como un estofado de cerdo okinawés en un delicioso hojaldre y un filete de pez espada a la plancha que se fundía en la boca.

El sábado amaneció soleado así que enfilamos para una playa en la que grupos de japoneses practicaban el kayak mientras nosotros nos bronceamos y nadamos un poco. Aguas turquesas, arena blanca y pececitos transparentes nadando por todo lado. Cero basura, algo normal en Japón pero que se agradece especialmente en playas tropicales. El único pero fue el pájaro que me robó mi club sandwich mientras nadamos. Me tocó pasar hambre en el bus que nos trasladó de vuelta a Naha, la capital de Okinawa.

Pasamos por delante de la gigantesca base aérea estadounidense, que junto con otras bases más del Ejército de Tierra y la Marina, cuentan con más de 30,000 soldados de Estados Unidos que siguen controlando militarmente este archipiélago. Okinawa fue uno de los más sangrientos escenarios de la II Guerra Mundial, con más de 100,000 civiles muertos. El archipiélago fue ocupado por los estadounidenses hasta 1972, cuando devolvieron el gobierno civil a Japón, firmando un contrato por el que permanecían las bases militares.

La capital, Naha

Nos sorprendió Naha ya que no nos esperábamos una ciudad tan grande en estas islas. Por la ventana veíamos larguísimas y atascadas avenidas con edificios cada vez más altos y un monorraíl que atraviesa las calles jalonadas de palmeras. Nos dirigimos al Crowne Plaza Okinawa Harborview para relajarnos durante la tarde en su piscina. En la capilla de al lado se celebraba otra boda mientras nosotros pasábamos al lado en bañador y chanclas. Tras una siesta y una ducha, nos dispusimos a dar un paseo por la ajetreada Kokusai-dori, la arteria principal de la ciudad, llena de tiendas de recuerdos y animados restaurantes. Por sus aceras pasea una curiosa mezcla de jóvenes veraneantes japoneses, soldados americanos de permiso y algunos turistas europeos y asiáticos. Allí conocimos a un grupo de turistas estadounidenses, europeos y un chino y nos unimos a ellos para cenar en una especie de izakaya. Allí tomamos vieiras, sashimi de pulpo, tofu con bonito seco rallado por encima y yakitori (brochetas japonesas de pollo). Todo regado con awamori, el licor local a base de arroz destilado (y no fermentado como pasa en el sake). En Japón le llaman popularmente "sake isleño". La manera de beber awamori es rebajándolo con té frío o con agua mineral.

Al día siguiente, algo resacosos, tomamos el eficiente monorraíl y nos fuimos a visitar una de las joyas de Naha: Shuri-jo, el antiguo centro administrativo y residencia de los reyes Ryukyu hasta el siglo XIX. Okinawa era gobernada por varios señores que se dividían las diferentes islas así como la principal hasta 1429, cuando Sho Hashi, del reino Chuzan, unificó el archipiélago y dio nacimiento a la dinastía Ryukyu. Intensificó las relaciones con el Imperio chino, favoreció el arte, la música y las artesanías, dando lugar a los estilos típicos de la isla que aún hoy perduran. Se prohibieron las armas y el comercio floreció. Esta época dorada de paz y riqueza tuvo un inconveniente: en 1609, un clan de samurais de Kagoshima conquistó las islas de forma rápida debido a la ausencia de ejército local, imponiendo estrictos controles al comercio, gobernando con puño de hierro las islas y explotándolas económicamente. Sin embargo, permitieron a la dinastía Ryukyu seguir gobernando, aunque poderes meramente simbólicos. La restauración Meiji en Japón y el fin de los samurais implicó un empeoramiento de la situación ya que el emperador se anexionó las islas en forma de prefectura en 1879. El gobierno de Tokyo barrió la cultura local, impuso el japonés como lengua oficial y prohibió enseñar la historia del reino de los Ryukyu en las escuelas. La lengua propia de las islas desapareció y hoy en día solo quedan algunos giros y palabras que se mezclan con el japonés. Los okinawenses, además, no eran considerados ciudadanos del Imperio de la nueva dinastía Meiji. La II Guerra Mundial dio la puntilla de mala suerte y desgracias a estas islas, que empezaron a recuperarse en los setenta, gracias al turismo nacional que aumentó al mismo ritmo del milagro japonés.

El antiguo palacio de los reyes Ryukyu

El caso es que en una colina de la ciudad se alzan los restos y reconstrucciones de este castillo y palacio. Las bellas murallas y puertas cumplían funciones defensivas y rituales, marcando los espacios a los que cada categoría de personas podía acceder. El espacio más exclusivo es la plaza central, o Hokuden, en la que se celebraba el Año Nuevo chino, con el rey sentado en su trono secundario, en el segundo piso del palacio, presidiendo las celebraciones. Esta plaza también acogía las solemnes celebraciones para recibir a los Sapposhi, o enviados del Emperador chinos. Especialmente importantes eran las ceremonias de coronación de cada nuevo rey Ryukyu, que se celebraba siempre en presencia de un Sapposhi. Llegaban en baldaquines, acompañados de sus cortes, y eran recibidos por los músicos de la corte Ryukyu y toda la plana de altos funcionarios del reino que se sentaban de forma ordenada en la gran plaza (las líneas rojas y blancas aún presentes marcaban las hileras para sentarse). Era entonces cuando el nuevo rey del archipiélago recibía el reconocimiento del Emperador chino en boca de su embajador y se le ponía la corona de los Ryukyu, que aún hoy puede observarse en una vitrina en el interior del restaurado palacio.

Otro aspecto interesante es la religión de este reino, donde el papel de los intermediarios entre humanos y divinidad estaba reservado en exclusiva a mujeres. La corte de sacerdotisas o nuuru vivían en una de las construcción de este palacio principal, manteniendo sus labores de culto pidiendo a las divinidades y los espíritus de los ancestros para proteger al reino y mantener las cosechas abundantes. Las nuuru de la corte eran elegidas entre las nuuru de cada poblados. En efecto, cada población del reino contaba con una nuuru que ejercía de líder religiosa y también política, casi como una especie de reina-sacerdotisa local. En algunas partes del reino incluso se consideraba que toda mujer entre los 31 y los 70 años era intermediaria entre los dioses y los ancestros y tenía el derecho a ejercer el sacerdocio. El budismo nunca llegó a penetrar con fuerza en Okinawa. Sin embargo, los coreanos regalaron una estátua de Buda a uno de los reyes Ryukyu, que construyó un templete rodeado de un foso a los pies del palacio real para albergar la estatua. Hoy el lugar es popular sobretodo para tomarse una foto en el puentecito con los patos de cara roja nadando en el foso.

Los grandes conocimientos de este reino se observan en antiguos relojes que usaban el agua que caía desde depósitos para contar las horas del día. El complejo cuenta con galerías para ver objetos de uso cotidiano de aquella época, trajes y diversos retratos de los diferentes reyes de esta dinastía. En el palacio real, o Seiden, de fuerte color rojo bermellón, se observan estatuas de dragones por todo lado, así como representaciones pintadas o en relieve, siempre a pares, y siempre uno con la boca abierta o el otro cerrada (símbolo de la combinación entre géneros masculino y femenino). Especialmente bello es el salón del trono, en el segundo piso. Pequeña nota curiosa: los dragones, símbolo de realeza, en el reino Ryukyu se representaban con tres uñas, a diferencia de las cuatro uñas de los dragones representados en la Ciudad Prohibida, el Palacio de Verano y otros edificios imperiales de Beijing, reservados al Emperador chino.

Al salir del palacio, el barrio aún guarda decenas de casas con las tradicionales tejas de cerámica de Okinawa, rojas, y con los leones encima de los tejados, o a los lados de las puertas, más típicos de China que de Japón, aunque con una particularidad: los leones de Okinawa representan el equilibrio de femenino y masculino con las bocas, teniendo un león la boca cerrada y el otro abierta. En China esto se representa con una esfera en el pie del león y un leoncito pequeño en el pie de la leona. 

Por supuesto, este lugar, junto con otros restos esparcidos alrededor de esta isla, son considerados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Tras la mañana cultural volvimos a Kokusai-dori para comer en un restaurante tradicional donde pude probar el Goya Champuru, un revuelto de huevo con verduras, tofu y carne de cerdo, siendo el ingrediente predominante el goya, un melón amargo local. En un sabor curioso que al final se hace pesado, no me acabó de gustar el sabor amargo del goya, que acababa por matar el resto de sabores del plato.

Para bajar la comida, paseamos por las tres galerías comerciales cubiertas de la ciudad, algo anticuadas y llenas de puestos de comida típica y, por supuesto, souvenirs. Allí nos tomamos de postre unas sata andagi, unos bollitos de masa dulce típicos que también son populares en Hawaii. Unas abuelitas las preparaban en uno de los puestos de estas galerías (en las que nos refugiamos mientras un tifón azotaba Naha). Pedimos unas con sabor a mango muy ricas. Una vez paró de llover, y antes de dirigirnos al aeropuerto para volver a Tokyo, entré en una de las tiendas de Blue Seal, la marca de helados de Okinawa, para probar el de beniimo, a base de un tubérculo morado muy parecido al taro.

Dejé Okinawa con la sensación de no haber visto nada. Ni el paradisíaco archipiélago de las Kerama, ni uno de los acuarios más grandes del mundo ni tampoco los memoriales a las víctimas de la II Guerra Mundial o los pecios de grandes barcos de guerra sumergidos. Nos faltó también probar el taco de arroz y otras especialidades locales. Muchas buenas excusas para volver. 

Okinawa no es Hawaii ni tampoco Bali. Aquí no hay mucha fiesta. El ambiente es más bien relajado. Al fin y al cabo, esto sigue siendo Japón. Es verdad que con palmeras, gente con camisas de flores y temperaturas más elevadas. Pero Japón al fin y al cabo. A Okinawa se viene a bucear, a relajarse y a descubrir la maravillosa cultura, música y gastronomía del perdido reino Ryukyu.

dilluns, 12 de setembre del 2016

El noroeste de Sicilia

El Mediterráneo, siempre.

Volver al Mediterráneo siempre me alegra, especialmente a lugares como la costa Azul, la costa Brava o mi querida Valencia. Sin embargo, si hay algo que me fascina de verdad son las islas del Mediterráneo. En pocos lugares del mundo me siento tan a gusto en verano. Si por mi fuera, me pasaría de junio a septiembre en ellas todos los años. Ibiza, Cerdeña, Menorca, Mykonos, Malta, las Hyères, Formentera... cada isla mediterránea que he ido descubriendo o a la que he podido volver me ha dejado buenísimos recuerdos, siempre impregnados de fuerte olor a pino. Esta vez tocaba conocer la más grande de todas las islas de mi mar preferido: Sicilia. 

Goethe dejó escrito que visitar Italia si haber ido a Sicilia, es como si no se hubiera estado en Italia, ya que, según él, Sicilia es la clave de todo. Tras mis cinco días en esta gigantesca isla, puedo confirmar que Sicilia representa gran parte de lo que es no sólo Italia, sino el Mediterráneo entero. Por ella no sólo pasaron, sino que se establecieron todas las culturas que han tenido cierta importancia en este mar. Su variedad arquitectónica y gastronómica así lo demuestran. 

Llegamos en avión aterrizando en el aeropuerto Falcone y Borsellino, jueces italianos asesinados durante su cruzada judicial para acabar con la lacra mafiosa que tuvo secuestrada a Italia tantas décadas. Para Sicilia, cuna de la Mafia, y específicamente de la Cosa Nostra, bautizar este aeropuerto con el nombre de estos dos héroes anti mafiosos tiene una enorme carga de simbolismo. Tras tomar nuestro coche alquilado, nos topamos con la triste realidad de los incendios veraniegos que suelen azotar los bosques mediterráneos cada verano. La autopista estaba llena de humo mientras las laderas de varias montañas ardían de forma incontrolada. Incluso en algunos tramos las plantas situadas en las medianas de la autopista se estaban quemando. Luego supimos que había sido intencionado. Desolador.

Scopello

Tras disfrutar de bellos y montañosos paisajes llegamos a nuestro destino, la pequeña aldea de Scopello, situada casi en la punta noroeste de la isla. Compuesta de una sola calle y una pequeña plaza peatonal donde se apiñan las terrazas de bares y restaurantes, Scopello es perfecta para aquellos que busquen la Sicilia más tranquila. Sus escarpadas costas y sus bellos paisajes atraen a turistas de todo el mundo que buscan la experiencia más auténtica. Nosotros tuvimos suerte y nos quedamos en la Pensione Tranchina, propiedad de la tía de mi amigo Mike. Esta tranquila pensión, regentada por un matrimonio entre un italiano y una panameña, ofrece habitaciones amplias y cómodas pero sobretodo, la experiencia de comer como si nos quedáramos en una casa de una familia siciliana. Tanto el desayuno como las cenas son espectaculares. Por las mañanas, podremos usar la gigantesca licuadora de la pensión para prepararnos zumos recién hechos con las deliciosas frutas frescas. Pan recién horneado, miel de granja, mermeladas hechas por la dueña de la pensión con naranjas sicilianas, tartas caseras, queso ricotta artesanal, fiambre local, aceite de sus olivos... el desayuno no decepciona. Pero lo mejor son las cenas, siempre de ingredientes locales recién comprados o recolectados. Se empieza con un antipasto, se sigue con un plato de pasta casera con recetas siciliana y se termina con postres sicilianos hechos por las reposteras de la pensión. Curioso es que en Sicilia a la pasta se le pone por encima pan rallado o almendras picadas, ya que el queso rallado era un artículo de lujo en otras épocas. Pero lo mejor es el plato principal de la pensión, entre la pasta y el postre, que suele ser filete de atún recién pescado a la plancha que se funde en la boca.


De hecho, Scopello es famosa por su tonnara, una de las construcciones dedicadas a la pesca de atún más antiguas del mundo. Construida en el siglo XIII, el complejo cuenta con grandes almacenes donde los atuneros guardaban sus barcos así como otro para las anclas, los almacenes para los atunes, viviendas, torres defensivas... el conjunto es actualmente de una gran belleza paisajística, especialmente por las formaciones rocosas que rodean la pequeña laguna creada alrededor del puertecito. En esas fechas estaba llena de turistas tumbados en los antiguos muelles tomando el sol o dándose un baño en sus cristalinas aguas. Y hablando de aguas, no dejéis Scopello sin probar el agua de su fuente pública: viene directamente de las montañas. Imitad al poni de mi foto.

Monreale

Otro de los lugares imprescindible a visitar en esta parte de la isla es Monreale, un agradable pueblo de calles estrechas y ropa de colores colgada por todo lado esparciendo agradables aromas de los diferentes jabones usados. Los turistas acuden en masa para visitar su famosa catedral, ilustrativa del mestizaje de la cultura románica con la bizantina y la islámica que tuvo lugar en en siglo XII en Sicilia. Las nuevas formas arquitectónicas que aparecieron gracias a la coexistencia pacífica de poblaciones musulmanas, bizantinas, latinas, judías, lombardas y normandas son impresionantes y únicas en el mundo. No por casualidad son consideradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Por fuera, la catedral es una enorme mole marrón con un soportal de mármol a tres arcadas que no llama especialmente la atención a todo el que haya podido disfrutar de la variedad de iglesias que hay por toda Europa. Sin embargo, su interior es único y sobrecogedor. Los muros y el ábside se encuentran cubiertos de mosaicos de estilo bizantino de fondo dorado, donde se representan escenas del Antiguo y Nuevo Testamento. Desde la creación del mundo, el arca de Noé o el bautismo de Jesús, docenas de representaciones crean un ambiente de enorme belleza presidido por el colosal Cristo Pantócrator del ábside. Las altísimas columnas sostienen arcos de estilo árabe. Finalmente, anexo a la catedral, se encuentra un monasterio benedictino de estilo románico con un gran claustro bizantino.

Palermo y sus joyas arquitectónicas

Tras tanta maravilla nos dirigimos a Palermo, capital de Sicilia, para poder visitar el fastuoso palacio real o Palacio de los Normandos. El edificio es un conjunto de agregados de diferentes épocas que permite apreciar el paso de diferentes civilizaciones y reyes por la isla. Actualmente es sede de la Asamblea regional siciliana, de hecho una de las salas del palacio es el hemiciclo, bastante anticuado, donde se votan las leyes regionales y se controla al gobierno de la isla. Es impresionante la gran escalera de honor en mármol que conecta los tres pisos, al lado del gigantesco patio. Las dos salas originales del primer palacio que mandó construir el Emir de Palermo también son bastante curiosas por su diseño que favorecía las corrientes de aire para refrescar en verano. Pero el elemento que destaca por encima de todo en el palacio es la capilla palatina. Fue encargada por Rogelio II de Sicilia y su construcción tardó 8 años. Su estilo es gótico-normando, y en su construcción y decoración participaron maestros de muy distintos orígenes y religiones. Completamente recubierta de mosaicos dorados, la capilla refulge como si estuviera llena de oro. Al igual que en Monreale, numerosas escenas de la Biblia están representadas. A pesar de la belleza de las paredes y suelos, no olvidéis levantar la mirada al fantástico artesonado del techo: cuenta con unas formas geométricas de gran belleza excavadas en bloques de madera que muestran el elevado conocimiento matemático de los artistas árabes que la realizaron. La capilla es considera como la unión entre un santuario bizantino y una basílica católica, mezclando influencias de ambas iglesias con estilos arquitectónicos propios de una mezquita. Sin duda, una joya  no sólo de la arquitectura mundial, sino también como ejemplo de convivencia pacífica entre culturas, una de las grandes ambiciones del rey normando Rogelio II.

Saliendo del palacio seguimos paseando por la via Vittorio Emanuele, cruzando el arco de entrada al casco histórico y pasando la bella catedral hasta llegar a la famosa plaza Quattro Canti, en la que el arquitecto florentino Giulio Lasso llevó el barroco a la capital siciliana, estilo que luego marcó profundamente la evolución de la ciudad. De hecho, este fue el punto de partida para abrir grandes avenidas que destruyeron muchas de las antiguas casas medievales para dar orden y rectitud a la ciudad, no sólo a través de via Vittorio Emanuele, sino también con la via Roma o Cavour. Los edificios nuevos de estas vías tienen todos fachadas barrocas. Sin embargo, tras estas grandes vías aún existen callejuelas y casas más antiguas.

Volviendo a la plaza, esta presenta cuatro lados formados por calles y otros cuatro en cuatro edificios barrocos de fachadas idénticas, que incluyen cada uno una fuente y tres estatuas en cada lado, osea doce en total. La estatua de cada primer piso (de la fuente) representa una de las cuatro estaciones. Las de arriba cuatro reyes de la casa Habsburgo y las del último nivel son de las cuatro patronas de Palermo: Santa Cristina, Olivia, Ninfa y Ágata. La plaza es preciosa, pero aún más bonita es la cercana plaza Pretoria, prácticamente ocupada por la barroca fontana Pretoria. Esta fuente, en un principio diseñada para un particular, fue adquirida por el senado palermitano en 1552. Con pilas de agua situadas a tren niveles concéntricos, la fuente está rodeada de estatuas de humanos desnudos y otras que representan monstruos, animales mitológicos y los cuatro ríos de Palermo: el Oreto, el Papireto, el Gabriele y le Maredolce. En esta misma plaza se alza la iglesia de San Cataldo, originalmente de la Orden del Santo Sepulcro, y otro ejemplo más de fusión de arquitectura árabe-normanda. Sus tres cúpulas en forma de bulbo de color rojo son muy curiosas.

Paseando por la via Maqueda llegamos hasta el imponente Teatro Massimo, el tercero más grande de Europa, de estilo neoclásico. Las últimas escenas de El Padrino III se rodaron aquí. Como hacía calor y estábamos cansado, nos sentamos sen una cafetería para degustar el famoso cannolo siciliano, una pasta dulce enrollada en forma de tubo y rellena de queso ricotta y condimentada con pistacho picado, naranjas y limones confitados acompañada de un espeso granizado de leche merengada para beber. Nos quedaron varias cosas que ver de Palermo. La ciudad es enorme y hacía bastante calor, así que espero volver pronto y seguir disfrutando de lo que esta bella ciudad mediterránea ofrece.

Segesta y su templo dórico inacabado

Finalmente, tras una vuelta por el centro y sureste de Sicilia, dedicamos una mañana a visitar la bellísima Segesta, antiguo centro político de los élimos, del que ahora apenas quedan ruinas, siendo las más remarcables las de su teatro en la cima de la montaña y las de su impresionante templo dórico en mitad de un florido valle. Gracias a su aislamiento, el templo no fue destruído ni usado como material de construcción. Sin embargo, se sabe que nunca fue acabado, no solo por la falta de restos de un techo sino porque las mismas columnas están en bruto, sin haber sido estriadas. Hay numerosas explicaciones a este estado inacabado: algunos dicen que las guerras interrumpieron su construcción, otros que los élimos ya consideraban sagrada esta tierra y que simplemente querían hacer una columnata... la que más me gustó fue la que afirma que este pueblo, considerado bárbaro por los griegos, ardía en deseos de congraciarse con los atenienses y lograr un pacto que les pusiera bajo la protección militar de esta gran polis griega. Es por eso que, antes de solicitar la visita de una delegación ateniense, se apresuraron a construír las bases de un templo dórico que copiase a escala la magnificencia de los templos dóricos de la Acrópolis y mostrar a los atenienses cuan refinados y avanzados en matemáticas y arquitectura estaban los élimos. En cuanto la delegación griega visitó la ciudad y vio, impresionada, las obras de construcción de este templo, los élimos interrumpieron las obras de un templo que sólo les interesaba como propaganda para los atenienses.

Finalmente, subimos al cerro para ver el teatro. La ruta es una pasada, porque podremos apreciar diversas perspectivas del matemáticamente perfecto templo inacabado. Al llegar a la cima, un bellísimo teatro de estilo griego nos recibirá con una preciosa panorámica del valle y el mar como escenario.

Me quedaron tantísimas cosas por ver del noroeste de Sicilia... Trapani, Cefalú, Erice... espero volver pronto a esta zona de Sicilia, bellísima isla mediterránea, rica en cultura, paisajes, gastronomía y gente estupenda.


dimecres, 25 de maig del 2016

Gobustán

Una de las excursiones más fáciles de hacer desde Baku si disponéis de coche es a la árida región del Gobustán, al sur de la ciudad. Yo tuve la suerte que mis amigos me llevaron un día a visitar el parque nacional, donde se encuentra museo dedicado a los restos arqueológicos prehistóricos presentes en una montaña de la región, llena de grutas, que fueron habitadas por tribus cazadoras que dejaron más de 6000 grabados en la roca, la mayoría representando animales o personas realizando diferentes actividades. Toda la zona es considerada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Tras recorrer parte de la costa del Caspio al sur de Baku llegamos a una gran planicie, de clima seco pero con algún árbol aquí y allá. Nos internamos en el parque nacional empezando la visita en las nuevas instalaciones museísticas donde se explican los restos que vamos a visitar, la forma de vida de las tribus que realizaron estos dibujos prehistóricos, y sus posibles significados. Me gustó el gran rigor del museo, ya que proponía hasta cuatro posibles significados a diferentes dibujos, contraponiendo teorías de diversos historiadores, antropólogos y arqueólogos. Por ejemplo, uno de los grabados más curiosos muestra canoas o barcos con personas remando. Para algunos expertos, estas representaciones muestran la importancia de la pesca en la economía local así como el transporte por vía marítima. Otros académicos enfatizan el significado espiritual de estos petroglifos incidiendo en la representación de creencias religiosas asociadas al culto al sol, en la que el alma de los muertos se llevaría al otro mundo gracias a barcos solares.

Tras el museo, montamos en el coche de nuevo para empinar hacia la meseta donde miles de petroglifos muestran la evolución del arte rupestre a lo largo de 40.000 anos. Los grabados son además una muestra de como esta región tuvo un clima mucho más húmedo en la antigüedad y donde vivía muchísima fauna y flora. Curiosas son las representaciones de delfines, animales que no existen en el Caspio pero si en el Mediterráneo, situado a cientos de kilómetros de esta región. Me impactó el tamano y variedad de las representaciones, muchas de las cuales se conservan en muy buen estado. Algunas se encuentran ocultas en grutas naturales mientras que otras se ven a simple vista. En panorama del valle y el mar desde la meseta era también hermoso. Además de los grabados, existen en las rocas del suelo algo más de 400 boles excavados que podrían haber sido usados para recolectar agua de lluvia, guardar pigmentos, cocinar o incluso recoger sangre de animales sacrificados en rituales religiosos. Algunos historiadores incluso apuntan a que puedan simbolizar el cosmos y las constelaciones o conmemoren a los muertos.

Tras visitar la escarpada zona, llena de turistas locales, pensamos ir a visitar los volcanes de barro. Si embargo, el complicado acceso a la zona, que requiere de vehículos todoterreno, hizo que finalmente no pudiera visitarla. Una lástima. Espero poder volver alguna día a Azerbaiyán para visitar esa región cercaba a Gobustán y apreciar tan curioso fenómeno geológico.

En cualquier caso, el hambre apretaba, así que nos dirigimos a un simpático restaurante en la costa, muy rocosa. La zona al aire libre estaba llena de familias y grupos de amigos. El restaurante no disponía de carta: de plato principal está el pescado del día a la parrilla. De entrantes, el camarero llegó con una bandeja gigante llena de diferentes opciones de las cuáles uno iba seleccionando. Nosotros cogimos la berenjena ahumada a la barbacoa, la tradicional ensalada de pepinos, tomates y hierbas aromáticas, varias salsas tradicionales para el pescado (mi favorita fue la de ciruela agria), panes de diversos tipos, patatas fritas y unos pimientos al vinagre.

Mientras disfrutábamos del banquete al sol, con el sonido del mar de fondo, en una montaña había escrito en grandes letras en blanco (y en azerí por supuesto) "No olvidéis Karabaj". O eso me dijeron. El susodicho mensaje fue la excusa perfecta para obtener el punto de vista local acerca de este conflicto que amenaza con enquistarse en la región. Las montañas de Karabaj, una región de Azerbaiyán mayoritariamente habitada por armenios, declaró su voluntad de autodeterminarse tras el colapso de la URSS. En un momento de debilidad azerí y falta de liderazgo nacional, el nuevo Ejército armenio decidió invadir la región para apoyar a la mayoría de habitantes de Karabaj en sus ansias independentistas. Los azeríes fueron expulsados de la región y finalmente esta proclamó su independencia siendo reconocida únicamente por Armenia. Matanzas de armenios en otras regiones de Azerbaiyán, especialmente en Bakú, atizaron el conflicto. La guerra de Nagorno-Karabaj acabó con un alto el fuego en 1994. Para ese entonces, el Ejército armenio, además de asegurar el control de Karabaj, y por tanto garantizar a la nueva república su independencia de facto, ocupó otras regiones azeríes de alrededor, especialmente las que separan Karabaj de Armenia. Argumentan que la ocupación se hacen con el fin de garantizar la seguridad  de Nagorno-Karabaj y que no se retirarán hasta que se alcance un acuerdo de paz justo con Azerbaiyán. En 2016 nuevos enfrentamientos causaron algo más de 200 muertos entre ambos ejércitos. Rusia apoya a Armenia en este conflicto aunque también media con Azerbaiyán. Los muertos y las heridas siguen muy abiertas en tanto miles de refugiados azerís no pueden regresar a sus casas en Karabaj ni visitar las tumbas de sus antepasados.

De postre y como cierre de la conversación, el omnipresente té negro, bebida nacional. En un solo día recorrí gran parte de la historia de esta parte del mundo: de la prehistoria hasta el conflicto actual con Armenia. Curioso es que el nombre de Azerbaiyán viene del farsi, y significa Tierra del Fuego Sagrado, en clara referencia a los gigantescos depósitos de gas y petróleo que se acumulan bajo sus tierras y aguas. Es por eso que nuestra siguiente visita antes de volver a Baku eran los inmensos campos de petróleo, famosos por aparecer en la película The World is Not Enough de James Bond. Las torres de perforación ofrecían un hipnótico panorama con su movimiento candente y pausado en la extracción petrolera.

Acabamos el día paseando por el inmenso paseo marítimo de Baku. Cuando cayó la noche, nos dirigimos a la pequeña estación central de ferrocarriles. Esa noche tomábamos el tren-cama nocturno a Sheki.

dijous, 9 de juliol del 2015

24 nuevos sitios Patrimonio de la Humanidad en 2015

Ayer el comité de patrimonio mundial de la UNESCO reunido en Bonn inscribió 24 bienes a la lista de Patrimonio de la Humanidad, además de poner tres en la lista de patrimonio en peligro y sacar uno de esa lista. 

De todos los inscritos no he visitado ninguno. Estuve a punto de visitar los jardines botánicos de Singapur pero acabé en Gardens by the Bay, con una arquitectura impresionante. Otro de los que estuve a punto de ir y me arrepiento mucho de no haberlo hecho son las cavas de la región francesa de Champaña. Y también he estado muchas veces al lado de los viñedos de la Borgoña sin nunca ir. En cualquier caso, espero poder visitarlos todos en un futuro. Sitios históricos como Susa, Éfeso o la zona del río Jordan en la que Juan Bautista bautizó a Jesús de Nazaret también han sido añadidos. Poco a poco la UNESCO reconoce más y más lugares que merecen esta categoría, haciendo que los diferentes gobiernos tengan que implicarse más en su protección si no quieren que caigan de la misma o si quieren obtener financiación del Fondo para la conservación del Patrimonio de la Humanidad. 

El año que viene el comité se reunirá en Estambul, estaremos atentos a los vaivenes de la lista. De momento, espero visitar muchos más sitios en estos doce meses.

dimecres, 13 de juny del 2012

El Patrimonio de la Humanidad - UNESCO


La UNESCO, o United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization, es un organismo de la Organización de las Naciones Unidas, constituido para promover la paz y la seguridad en el mundo a través de la educación, la ciencia, la cultura y las comunicaciones. Tiene su sede en París.

Su papel en el mundo de los viajeros es muy importante, concretamente apartado cultural. La UNESCO busca salvaguardar el patrimonio con, entre otros programas, el de Patrimonio de la Humanidad. Ya son 40 años los que lleva en marcha este ambicioso e importante proyecto. El Comité encargado de este programa está compuesto por representantes de 21 Estados miembros elegidos por la Asamblea General durante un período determinado.

El objetivo del programa es catalogar, preservar y dar a conocer sitios de importancia cultural o natural excepcional para la herencia común de la humanidad. Bajo ciertas condiciones, los sitios mencionados pueden obtener financiación para su conservación del Fondo para la Conservación del Patrimonio de la Humanidad, establecido por la Convención para la Cooperación Internacional en la Protección de la Herencia Cultural y Natural de la Humanidad.


Cada sitio Patrimonio de la Humanidad pertenece al país en el que se localiza, pero se considera de interés de la comunidad internacional y debe ser preservado para las futuras generaciones. La protección y la conservación de estos sitios son una preocupación de los 189 países que apoyan al Patrimonio de la Humanidad. De estos países miembros, solamente 153 albergan actualmente los 936 sitios Patrimonio de la Humanidad. De estos sitios 725 son culturales, 183 naturales y 28 son mixtos.

Para un nómada, este organismo cuenta con una lista de lugares que sirven como brújula cuando uno viaja a una determinada región geográfica del globo. Son los lugares clave que uno no puede dejar pasar. Expertos de todos los Estados miembros de esta organización (que equivale a decir de casi todos los Estados del planeta) eligen que lugares entrarán en esta preciada lista a través del siguiente procedimiento: todo empieza con el proceso de nominación, cuando un país interesado desarrolla un inventario con todos sus sitios con propiedades naturales y culturales significativas para ser incluidos en la Lista Tentativa. Esta lista es muy importante porque un país no puede nominar un sitio que no haya estado incluido en ésta primera lista. A continuación, puede seleccionar un sitio de esta lista para ubicarla en un Expediente de Nominación. El Centro de Patrimonio de la Humanidad ofrece ayuda en la confección de este expediente, el cual debe ser lo más completo posible.

Luego, el expediente es evaluado independientemente por dos organizaciones: La Unión Mundial para la Conservación y el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS, por sus siglas en inglés). Estas entidades después elevan sus recomendaciones al Comité del Patrimonio de la Humanidad. El Comité se reúne una vez al año para determinar si incluir o no a cada sitio nominado a la lista definitiva, y a veces suspende la decisión para solicitar más información a los Estados miembros. Cada sitio debe cumplir al menos un criterio de los diez que existen para ser incluido en la lista.  Cuantos más criterios se cumplan, más probabilidades de ser incluido tendrá:

I.   Representar una obra maestra del genio creativo humano.

II.   Testimoniar un importante intercambio de valores humanos a lo largo de un periodo de tiempo o dentro de un área cultural del mundo, en el desarrollo de la arquitectura o tecnología, artes monumentales, urbanismo o diseño paisajístico.

III.  Aportar un testimonio único o al menos excepcional de una tradición cultural o de una civilización existente o ya desaparecida.

IV.  Ofrecer un ejemplo eminente de un tipo de edificio, conjunto arquitectónico o tecnológico o paisaje, que ilustre una etapa significativa de la historia humana.

V.   Ser un ejemplo eminente de una tradición de asentamiento humano, utilización del mar o de la tierra, que sea representativa de una cultura (o culturas), o de la interacción humana con el medio ambiente especialmente cuando éste se vuelva vulnerable frente al impacto de cambios irreversibles.

VI.   Estar directa o tangiblemente asociado con eventos o tradiciones vivas, con ideas, o con creencias, con trabajos artísticos y literarios de destacada significación universal. (El comité considera que este criterio debe estar preferentemente acompañado de otros criterios).

VII.  Contener fenómenos naturales superlativos o áreas de excepcional belleza natural e importancia estética.

VIII.    Ser uno de los ejemplos representativos de importantes etapas de la historia de la tierra, incluyendo testimonios de la vida, procesos geológicos creadores de formas geológicas o características geomórficas o fisiográficas significativas.

IX.    Ser uno de los ejemplos eminentes de procesos ecológicos y biológicos en el curso de la evolución de los ecosistemas.

X.   Contener los hábitats naturales más representativos y más importantes para la conservación de la biodiversidad, incluyendo aquellos que contienen especies amenazadas de destacado valor universal desde el punto de vista de la ciencia y el conservacionismo.


Algunos datos interesantes son que casi la mitad de los sitios declarados se encuentran en Europa y América del Norte. Además, el país con más sitios es Italia, seguido muy de cerca de España y Francia. La mayoría son sitios culturales, aunque también hay 183 naturales y 28 mixtos. Forman parte de estas lista sitos tan conocidos como la Ópera de Sydney o tan desconocidos como la ciudad francesa de Albi.

Ser incluido en la lista del Patrimonio de la Humanidad es algo muy perseguido por los diferentes gobiernos locales y regionales de todo el planeta. Entrar en esta lista se traduce automáticamente en un aumento de visitantes (turistas y estudiosos) con todo el dinero que conllevan, así como en una posible financiación de la UNESCO para conservar el sitio. La industria turística crece así, y por ende, mejoran las infraestructuras generales de la población que reside cerca del sitio declarado Patrimonio. Especialmente las de transporte, con el incremento del turismo. Por tanto, contar con el famoso logo que incluso ondea en banderas a lado de los sitios declarados, es todo un privilegio y un auténtico premio. Pero también es una gran responsabilidad. Desde el momento que el lugar es incluido en la lista, las autoridades a su cargo deben protegerlo de la polución, los desastres naturales, el urbanismo desmesurado, el vandalismo, los ruidos excesivos o los posibles robos y daños. De hecho, hay algunos lugares clasificados como en riesgo de desaparecer, como por ejemplo el Parque Nacional de los Everglades, por el abuso en el uso de sus aguas dulces o el exceso de construcción a su alrededor, o también el minarete y restos arqueológicos de Jam, en Afganistán, debido a la reciente guerra.

Durante mi proyecto de conocer este pequeño planeta nuestro he tenido la suerte de disfrutar ya de varios de estos lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. De algunos ya os hablé, por lo que si hacéis click encima de los nombres os llevarán a la entrada de mi blog donde os conté que tal fue la visita.

GLOBAL

   -  Obra arquitectónica de Le Corbusier

ARGENTINA

-          - Parque Nacional Iguazú

AUSTRALIA

-          - Sydney Opera House
      - Región de las Montañas Azules

BÉLGICA

BRASIL

-         - Centro Histórico de Ouro Preto
-         - Parque Nacional Iguazú
-         -  Brasilia
-         - Reservas surorientales de selva atlántica
     - Rio de Janeiro: paisajes cariocas entre la montaña y el mar
           - Conjunto arquitectónico moderno de Pampulha
           - Paraty e Ilha Grande: cultura y biodiversidad
    
CHINA

-          - Palacios Imperiales de Beijing
-          - La Gran Muralla
-          - Jardín y Palacio de Verano en Beijing
-          - Templo del Cielo: altar de sacrificios imperiales en Beijing.

CUBA
-        
-         Valle Viñales

REPÚBLICA CHECA

-         - Centro histórico de Praga

FRANCIA

-          - Catedral de Chartres
-          - Monte Saint-Michel y su bahía
-          - Palacio y parque de Versalles
-          - Palacio y parque de Fontainebleau
-          - Estrasburgo y su gran isla
-          - París, bordes del Sena
-          - Sitios hitóricos de Lyon
-          - El valle del Loira
-          - Burdeos
-          - Ciudad episcopaliana de Albi
      - Pagos de viñedos en Borgoña
      - Provins, ciudad de ferias medievales

ALEMANIA

-         -  Catedral de Aachen
-          - Catedral de Colonia
-          - Isla de los museos, Berlín
      - Castillos de Augustusburg & Falkenlust en Brühl
-           - Isla monástica de Reichenau
            - Ciudad hanseática de Lübeck.

SANTA SEDE

-         - Ciudad del Vaticano
-          - San Pablo Extramuros y otros territorios de la Santa Sede en Roma

ITALIA

-         -  Plaza del Duomo, Pisa
            - Series de frescos del siglo XIV en Padua
      - Ciudad de Verona
            - Necrópolis etruscas de Cerveteri y Tarquinia
            - Centro histórico de Roma

LUXEMBURGO

-         - Ciudad de Luxemburgo: viejos barrios y fortificaciones

MARRUECOS

PAÍSES BAJOS


FILIPINAS

          - Centro histórico de Oporto, puente Dom Luiz I y monasterio da Serra do Pilar

ESPAÑA

-         -  Monasterio y ciudad de El Escorial, Madrid
-          - Obras de Antoni Gaudí
-          - Ciudad histórica de Toledo
-          - Arquitectura mudéjar de Aragón
-          - Casco histórico de Salamanca
-          - Parque Nacional del Teide
     - Ciudad histórica fortificada de Cuenca
           - Arte rupestre del arco mediterráneo de la Península Ibérica
           - Paisaje cultural de Aranjuez
           - San Cristóbal de La Laguna
           - Parque Nacional de Garajonay
           - Paseo del Prado y el Buen Retiro, paisaje de las artes y de las ciencias
           - Catedral, Alcázar y Archivo de Indias en Sevilla
           - Alhambra, Generalife y Albaicín de Granada
           - Monasterio de Poblet
           - Dólmenes de Antequera
           - Centro histórico de Córdoba
           - Ciudad vieja de Santiago de Compostela
           - Caminos de Santiago de Compostela: Camino francés y Caminos del Norte de España
           - Catedral de Burgos
   

ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA

-   Barrio Histórico de Colonia del Sacramento

LETONIA

         - Centro histórico de Riga

MALTA

          - Ciudad de la Valletta
          - Templos megalíticos de Malta

POLONIA

              - Centro del Centenario de Wroclaw
              - Iglesia de la Paz de Swidnica

AZERBAIYÁN

              - Ciudad amurallada de Bakú
              - Arte rupestre de Gobustán

GEORGIA

              - Monumentos históricos de Mtskheta

ARMENIA

              - Catedral e iglesias de Echmiadzin
              - Monasterios de Haghpat y Sanahin
              - Monasterio de Geghard y valle alto del Azat

JAPÓN
           
             - Memorial de la Paz en Hiroshima (Cúpula de Genbaku)
             - Santuario sintoísta de Itsukushima
             - Himeji-jo
             - Monumentos históricos de la antigua Kyoto
             - Sitios Gusuku y bienes culturales asociados al Reino de las Ryukyu
             - Santuarios y templos de Nikko
             - Hiraizumi: templos y jardines representativos de la Tierra Pura budista
             - Shirakami-Sanchi
             - Monumentos históricos de la antigua Nara
           
MONTENEGRO

              - Comarca natural, cultural e histórica de Kotor

COSTA DE MARFIL

              - Grand-Bassam

BAHREIN

             - Qal´at Al Bahrein, antiguo puerto y capital de Dilmun
             - Industria perlífera tradicional, testimonio de una economía insular

EGIPTO

            - El Cairo histórico
            - Menfis y su necrópolis: Zonas de las pirámides de Guizeh hasta Dahshur
            - Abu Mena
            - Antigua Tebas y su necrópolis
            
CROACIA

            - Ciudad vieja de Dubrovnik
         
BOSNIA-HERZEGOVINA

             - Barrio del puente viejo en el centro histórico de Mostar

ANTIGUA Y BARBUDA

             - Astillero de Antigua y sitios arqueológicos conexos

PUERTO RICO

             - Fortaleza y sitio histórico nacional de San Juan de Puerto Rico

MÉXICO

             - Campus Central de la Ciudad Universitaria de la UNAM
             - Centro histórico de México y Xochimilco
             - Ciudad pre hispánica de Teotihuacán

CABO VERDE

             - Cidade Velha, centro histórico de Ribeira Grande

SUDÁFRICA

             - Sitio de homínidos fósiles de Sudáfrica
             - Áreas protegidas de la región floral de El Cabo
             - Isla Robben

JORDANIA

             - Petra
             - Zona Protegida de Wadi Rum
             - Sitio del bautismo “Betania en la otra orilla del Jordán” (Al-Maghtas)

PALESTINA

             - Lugar de nacimiento de Jesús: Iglesia de la Natividad y ruta de peregrinación en Belén

ISRAEL

              - Ciudad Blanca de Tel Aviv
              - Jerusalén: ciudad vieja y sus murallas

SUIZA
             
              - Abadía de Saint Gall


TANZANIA

               - Ciudad de piedra de Zanzíbar


COLOMBIA
                


BULGARIA

               - Iglesia de Boyana.
               - Monasterio de Rila.


ESLOVENIA 

              - Obras de Jože Plečnik.


ETIOPÍA



ALBANIA

            - Centro histórico de Berat.


INDIA

             - Qutb Minar y sus monumentos.
             - Tumba de Humayun.
             - Conjunto del Fuerte Rojo.
             - Taj Mahal.
             - Fuerte de Agra.
             - Fatehpur Sikri.
             - Ciudad de Jaipur.

REPÚBLICA DOMINICAMA

             - Ciudad colonial de Santo Domingo.

REINO UNIDO

             - Birkenhead Park (candidatura)
             - Ciudad de Bath
             - Reales Jardines Botánicos de Kew
             - Stonehenge, Avebury y sitios anejos
             - Litoral de Dorset y del este de Devon

HONDURAS

            - Sitio maya de Copán

CHILE

           - Barrio histórico de la ciudad portuaria de Valparaíso

CANADÁ


CHIPRE

           - Páfos
           - Choirokoitia

VIETNAM

           - Ciudadela de la dinastía Ho
           - Ciudad vieja de Hoi An
           - Santuario de My Son
           - Conjunto de monumentos de Huê

LAOS

           - Ciudad de Luang Prabang

AUSTRIA

           - Centro histórico de Viena
           - Paisaje cultural de Fertö/Neusiedlersee
           - Lí­nea de ferrocarril de Semmering
           - Baden bei Wien: Los grandes balnearios de Europa

DINAMARCA

           - Catedral de Roskilde
           - Castillo de Kronborg

PERÚ

           - Centro histórico de Lima
           - Ciudad de Cusco

ECUADOR

           - Ciudad de Quito
           - Islas Galápagos
           - Parque nacional Sangay

NORUEGA

            - Arte rupestre de Alta


TÚNEZ

          - Medina de Susa
          - Keruán
          - Anfiteatro de El Jem

HUNGRÍA

          - Paisaje cultural de Fertö/Neusiedlersee

GUATEMALA

          - Ciudad de Antigua

BOLIVIA

          - Ciudad de Potosí
          - Ciudad histórica de Sucre

Seguiré releyendo la lista una y otra vez. Es una de las mejores guías para saber que es lo verdaderamente importante cuando estamos de visita en una determinada zona del mundo. Celebrando el 40 aniversario de la ratificación de este tratado, la UNESCO lanzó una nueva página web con toneladas de información sobre el programa de Patrimonio de la Humanidad. No la perdáis de vista y no os arrepentiréis. Además, os dejo el enlace con la lista entera aquí. Ahora ya son 50 años, y han puesto el foco en que se tendrá que hacer en los siguientes 50.